Ha cogido por sorpresa a todos --incluso a su autora-- pues, sin previa presentación oficial, ya está colocado en algunos espacios publicitarios de las calles de Córdoba. Pero el cartel de las Fiestas y Feria de mayo de 2013 también ha sorprendido por lo insólito de su motivo: un joven en vaqueros, con camisa blanca, catavinos y sombrero cordobés.

"Me puse a repasar carteles y vi que en muy pocas ocasiones se había utilizado un hombre para representar la ciudad. Así que quise ir más allá de la clásica gitanilla cordobesa, rompiendo la tradición", apunta María José Ruiz, pintora y artífice del óleo sobre lienzo (de 1,30 x 1 aproximadamente) que constituirá el icono del mayo festivo cordobés.

Se trata, según explica la autora, de "una invitación a la ciudad", que el protagonista de la estampa ofrece a través de sus símbolos más típicos como la copa de fino montillano --"que siendo yo de Montilla no podía ser de otra manera"-- y de la seducción, representada a través de los claveles rojos.

El modelo que ha puesto rostro a la ciudad es Guillermo de la Rubia, un cordobés que trabaja como entrenador personal "y que cuenta con los rasgos propios de la tierra, que además he querido acentuar inspirándome en los personajes julio-romerianos", explica María José. Un guiño al célebre pintor que también se encuentra presente en el sombrero cordobés que porta el joven de la imagen, ya que la directora de los museos municipales, "Mercedes Valverde, nos cedió el auténtico sobrero de Julio Romero de Torres, que es con el que posó el modelo". Este es pues el único distintivo del atuendo cordobés característico de estas fechas, ya que, por lo demás, el hombre va vestido con un look más moderno, "con el que he querido dar un toque más fresco", comenta la autora.

El cartel fue encargado por el Ayuntamiento "poco después de que acabara la feria del año pasado", apunta María José, quien empezó a diseñarlo "entre finales de septiembre y principios de octubre", en tiempo récord para tenerlo listo de cara a la feria de turismo Fitur, donde ya se dio un anticipo de esta obra, que desde ayer contemplan los transeúntes en las calles. Y merece la pena detenerse para descubrir todas las alegorías de la ciudad, así como de sus fiestas más emblemáticas, plasmadas en él. Entre ellas destaca el vino, representativo de la cata (que este año también se adelanta a abril); el muro de cal de la judería, con una columna de fuste romano y capitel árabe, con el que se hace una alusión a las tres culturas que convivieron en la ciudad califal, así como la fuga del margen derecho del lienzo que va a dar a un patio cordobés, en homenaje a su reciente declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. "Con estos elementos, y más que se pueden extraer como el cielo azul radiante y la luz propia de Córdoba que se proyecta sobre la cal, el resultado es muy distintivo de la ciudad", explica la autora; aunque eso tendrán que decidirlo los cordobeses, a los que el año pasado les costó entender el simbolismo de los galgos.