-¿De dónde le viene su amor por el vino?

-Desde que tengo uso de razón siempre me ha llamado la atención el cultivo del viñedo y su producto: el vino. Además vengo de una familia con tradición vitivinícola, así que casi que lo llevo en la sangre.

-¿Por qué decidió hacerse enóloga? Porque siempre ha sido mi pasión, y lo tenía claro desde la adolescencia.

-¿Qué cualidades debe tener un enólogo?

-Es complicada esa pregunta, pero creo que lo más importante es ser una enamorada del viñedo y del vino, y siempre querer aprender y mejorar, eso creo que es lo esencial

-Sabiendo tanto de vino, ¿se atreve a pedirlo en los restaurantes?

-¡Claro! Hay que saber qué es lo que está en la calle, algunas veces hay sorpresas positivas y otras veces, no tan positivas.

-Para un profano, díganos tres cosas que indiquen que estamos ante un buen vino.

-Que tenga buena apariencia, es decir que el vino no esté turbio, no debe tener aromas extraños y que nos deje un buen recuerdo en boca. Aunque lo más importante es que te guste.

-En su tienda promociona los caldos cordobeses y los andaluces. ¿Qué tenemos que envidiarle los cordobeses a los vinos jerezanos, por ejemplo?

--La palabra caldo está superprohibida... Siempre promociono nuestros vinos, ya que estamos en tierra de vinos y no solo las joyas de la DO Montilla-Moriles, sino de otras zonas de Andalucía, hay vinos tintos maravillosos en Ronda, Altiplano de Granada, Cádiz... A los vinos jerezanos no tenemos que envidiarles nada, cada uno tiene sus características y personalidad. Y ambas denominaciones de origen elaboran vinos de altísima calidad y muy ricos.

-¿Entienden los cordobeses de vino o se quedan en el medio?

-Pues mira, gracias a mi tienda, Tierra de Vinos, estoy conociendo mejor el gusto y el conocimiento de los cordobeses, y hay que decir que es superior a lo que yo me esperaba, y lo que más me gusta es que hay un porcentaje altísimo de clientes que lo que buscan son vinos nuevos, fuera de Rioja o Ribera del Duero, y tienen la mente más abierta a probar vinos nuevos, como por ejemplo los vinos andaluces.

-¿En todos los sitios se pueden hacer todo tipo de vinos?

-Poco espacio tengo para responder, pero eso depende de la zona, el clima, el suelo... Una vez que sabes cómo es la zona en la que vas a cultivar el viñedo, eliges la variedades más apropiadas y de ahí ya vas diseñando tu vino.

-Hace catas, ¿qué enseña?

-Sobre todo a que aprendan a diferenciar un vino correcto de un vino que no lo es. Y también que aprendan a separar su gusto personal de la calidad de un vino.

-¿Qué habría que hacer para que la gente joven bebiera más vino?

-En el mercado encontramos una gama amplísima de vinos, quizás para un consumidor más joven, que no está acostumbrado a beber, se podría empezar con vinos jóvenes, que son más frescos, afrutados y son fáciles de beber. En Montilla-Moriles encontramos vinos blancos jóvenes que están gustando bastante a los jóvenes que todavía no son consumidores de vino.

-¿Qué opinión le merecen eventos como la Cata del Vino?

-Es una oportunidad magnífica para acercar los vinos generosos a los cordobeses de todas las edades, además son muy interesantes la catas que realizan fuera de la zona de los stands. También hay asociaciones como Vinavin que realizan actividades formativas en torno al vino y vinagre que ayudan a fomentar la cultura del vino.