Abogan por usar el pastoreo ante la creciente y "extrema peligrosidad" del abandono de los bosques en los últimos años

Vacas, ovejas, cerdos campando a sus anchas... una estampa bucólica de la naturaleza que va más allá de su importancia socioeconómica en el medio rural para sumergirse en el papel de brigadas antiincendios que previenen y evitan la propagación de los incendios forestales, ya que los expertos destacan el impacto positivo de la ganadería de pasto o en extensivo sobre el monte que, de forma natural, realiza labores de desbroce, limpieza de vegetación ignífuga y control de la proliferación del matorral.

Se trata de una actividad imprescindible porque los montes españoles se encuentran, en gran medida, abandonados y acumulan biomasa, combustible, en exceso, según el informe 2013 sobre La situación de los bosques y el sector forestal en España de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF). Al respecto, el ingeniero de montes y vocal de la SECF Alvaro Picardo incide en que la vegetación de los bosques españoles ha crecido de forma extraordinaria en los últimos decenios, alcanzando una situación de extrema peligrosidad para la propagación de incendios, pero que se puede tener bajo control si se apuesta por la ganadería extensiva.

El pastoreo modela el entorno con una estructura en mosaico y abierta que limita el inicio y la posterior propagación de los incendios forestales y, si se producen, facilita el acceso de las brigadas de extinción.

Como medio para la prevención de incendios "no solo es eficaz, sino además eficiente", asegura tajante Isabel Casasús, investigadora de producción animal extensiva y ecológica del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Casasús apunta que "adecuadamente gestionados, los rebaños llegan donde ninguna otra herramienta alternativa para la prevención de incendios podría hacerlo".

Más aún, el pastoreo extensivo es una de las "mejores y más baratas herramientas para controlar material combustible y prevenir el número de igniciones", afirma el portavoz de la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, Pedro Herrera.

El consumo de pasto por el ganado permite "renovar los recursos y evita la acumulación de biomasa herbácea de baja calidad y altamente inflamable en el sotobosque", señala Casasús.

Aunque hay iniciativas autonómicas, como la pionera Red de Areas Pasto-Cortafuegos de Andalucía (Rapca), que reconocen el papel de estos ganaderos, a los que contratan para que sus rebaños limpien de matorral los montes andaluces, modelo que se ha replicado en Aragón, Madrid o Canarias, los expertos resaltan que es preciso hacer más, sobre todo desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente al que la Plataforma pide que "dé marcha atrás en sus planes de reducir la elegibilidad de los pastos arbolados", el llamado coeficiente de admisiblidad en el marco de la Política Agraria Común (PAC).