Una opción turística alternativa para los amantes de los animales, donde hayespecies enfermas,que en su hábitat no sobrevivirían

Sin ser Lark House, centro de la tercera edad donde Isabel Allende ambienta su última novela, Córdoba también tiene un asilo donde sus jubilados de la naturaleza reciben mimos y atenciones, con búhos, águilas y hasta un elegante flamenco, que en su hábitat no sobrevivirían por diferentes lesiones. Como en El amante japonés , el último bestseller de la autora peruana, en el parque periurbano de Los Villares, a 10 kilómetros de la capital, está el Centro de Especies Irrecuperables, dependiente de la Junta de Andalucía, donde habitan, en acondicionadas parcelas que reproducen lo máximo posible su entorno natural --que no es otro que Sierra Morena--, buitres con alas dañadas, patos con picos rotos y un amplio abanico de rapaces con lesiones graves.

"Esto no es un zoológico", aclara el gerente de Domus Beticae S.L., Valeriano Cassani, quien, junto a Pilar, gestionan por adjudicación pública el Centro de Visitantes del parque periurbano de Los Villares, un oasis de naturaleza ubicado en un área popular por excursiones escolares y peroles en San Rafael pero que alberga un tesoro para los amantes de los animales y del medio ambiente. Cassani explica que el objetivo del parque es divulgar el conocimiento sobre nuestro entorno y concienciar sobre las amenazas que sufren los animales para contribuir al cuidado del medioambiente y a la supervivencia de las especies.

Por ello, aquellos animales tratados previamente en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (Crea) Los Villares --la joya del los Crea por albergar el 'hospital' para los linces-- cuya reintroducción en la naturaleza no es posible porque están demasiado enfermos, pasan sus días en cómodas instalaciones bajo supervisión y cuidados diarios de técnicos especializados de la Junta. El Centro de Especies Irrecuperables es un 'asilo de animalitos', como lo llaman los cientos de escolares que lo han visitado este año, donde ahora mismo hay dos parejas de búhos reales que tienen las alas amputadas por daños ocasionados por tendidos eléctricos y alambradas. Pero también, la mano del hombre provoca verdaderos desastres; dos buitres leonados están intoxicados por cebos envenenados puestos en el campo y esta pareja, que tan limitados inspiran más ternura que miedo, comparte espacio con un milano negro que fue atropellado.

Aunque el rey de la residencia de animales es el águila real, un majestuoso animal abatido en 1987 por un furtivo en Adamuz, causándole grandes lesiones pero que, según cuentan los monitores, actualmente podría volar en libertad pero está tan habituado a la presencia humana que prefiere pasar sus últimos años tranquilamente al cuidado y cariño de los técnicos. Este remanso cuenta con paneles y audiovisuales informativos sobre rutas de senderismo guiadas y nocturnas. Una opción turística alternativa a las visitas patrimoniales para experimentar naturaleza en estado puro.