Como una cárcel, Córdoba de mi alma, como una pena, que no es pena, como una condena, sí, pero en la gloria bendita de tu última página, veinte años ya a pie de obra, en esta casa que celebra sus 75 años de vida.

Cordobeses, hermanos míos de la sangre azul de la vieja linotipia, aquí continúo. Gracias a vuestra generosidad manifiesta y constante. ¡Qué hermosa primera página la del jueves! La he colgado entre mis libros, en la biblioteca de mi camarote de náufrago. ¡Cuánto me hubiera gustado estar con vosotros! Pero tengo a mi hijo, Nacho Medina, en el mundo, no sé por dónde, reuniendo historias que contar para Cuatro y su programa Soy noticia . ¿A quién le habrá salido este muchacho? Pero hay más. Porque me llaman a todas horas desde América para que opine sobre los Manueles , que son noticia en el mundo. Manuel Benítez El Cordobés , mi compadre, eso vaya por delante, y Manuel Díaz, desaparecido estos días, y bien que ha hecho. Aunque yo ya lo dije, a todos los que quieran saber del tema, ahora me he instalado en el silencio. Y callo porque me da la gana. Que opinen otros, que busquen otros.

Y a mis historias de los 75. ¡Se me han ido tantos, tantos, que mi memoria al recordar lagrimea! Llora. Menos mal que el maestro Mariano Aguayo me envía una tarjeta navideña, que me llega fuera de tiempo, pero qué más da, si me trae un abrazo y un torero de colores que da gloria mirarlo. Como ayer mismo, en que Rafael Cremades me llama para preguntarme si tenía, como dicen, una casa en Zuheros. Claro que la tuve, pero ya solo queda su hermoso recuerdo.

Barei, la niña que va a cantar en no sé dónde con lo de la Eurovisión. Vale, pero, ¡cantar en inglés! En eso estoy rebelde, un viejo rebelde soy, No pienso escucharla, y bien que lo siento, porque canta bien, y encima tiene raza, garra, fuerza... Y sin embargo va y canta en inglés. ¡Si tenemos ya 555 millones de personas que hablan nuestro idioma!

Y hoy más que nunca, en este 75 aniversario de platino, recuerdo a Antonio Ramos, que me dio la oportunidad de poner en pie, hace ya casi veinte años, este perol.

Me viene a la memoria aquel día que subí a bordo del Nabila , el barco de Khashoggi, y le dije al moro más rico, aquel que aunque vivía en Málaga gustaba tanto Córdoba:

--Vengo a verle, señor, porque me han dicho que ha cambiado usted las letras de su barco a plata porque anda mal de fondos.

Y me respondió sonriente, con Cannes en el paisaje:

--Mal informado está usted, porque he cambiado las letras de plata por platino, mucho más que el oro.

Por eso digo lo de CORDOBA de platino, 75 años de historia, un buen trabajo para esos plateros de la palabra que son mis compañeros del periódico. Gracias por vuestra constancia, sois, somos, uno de los periódicos mas leídos del sur. Y para mí, un ejemplo. El CORDOBA de platino. Una joya y una llave al mismo tiempo.