La mañana cofrade comenzó ayer temprano. A las nueve, las campanas del convento de la Encarnación anunciaban que iba a dar comienzo la misa, pero no una más, sino aquella que estaba presidida por la imagen del Cristo de Gracia que el día anterior se quedó en el convento tras protagonizar el Vía Crucis de las cofradías. Tras la eucaristía, oficiada por el canónigo Alfredo Montes, comenzó el traslado del Crucificado hasta su sede canónica en la parroquia de Nuestra Señora de Gracia (Trinitarios), poniendo fin a una extraordinaria salida.

En los templos todo estaba preparado para las distintas fiestas de regla y besapiés, como el de Jesús Nazareno, que estuvo expuesto en su recoleta capilla. Mientras, en la iglesia de san Cayetano, la imagen de Jesús Caído estuvo expuesta en su capilla para recibir a los hermanos y devotos.

En los barrios también se vivieron momentos emotivos junto a las imágenes devocionales. Así, en la Huerta de la Reina el Señor de la Redención estuvo presidiendo el altar mayor de la parroquia de San Fernando expuesto en besamanos. También en el altar mayor, pero de la parroquia de San Antonio de Padua, estuvo expuesto en besapiés Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, una imagen que este año cumple el 40 aniversario de su bendición. Con tal motivo, el sacerdote y periodista Antonio Gil pronunció ayer una reflexiva meditación en torno a la coronación de espinas de Cristo.

Y en la parroquia de San Francisco estuvo en besapiés Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto. Antes, la cofradía celebró la fiesta de regla, en la que se bendijeron los apóstoles durmientes que desde este año conformarán el paso de misterio de la cofradía. Unas imágenes, de muy buena factura, salidas de la gubia del joven imaginero Jesús Gálvez Palos. Las imágenes fueron presentadas tal y como van a ir en el paso procesional, de ahí que la cofradía montó un elaborado besapiés recreando un monte presidido por la imagen de Jesús orante a cuyos pies figuran los tres apóstoles durmientes.

Una intensa jornada para una Cuaresma que poco a poco empieza a consumirse.