Aunque para la nueva Semana Santa no es imprescindible el proyecto de la segunda puerta (la apertura de un nuevo gran acceso mediante la sustitución de una de las celosías del muro Norte por una puerta con igual diseño), este elemento contribuiría a dar más agilidad y vistosidad y a eliminar numerosos problemas en la carrera oficial, un proyecto para el que, también, el tiempo corre en contra de los intereses cofrades.

Y es que la intervención, que aprobó inicialmente la Junta de Andalucía y que ha tenido los parabienes de la Unesco, no solo tiene que contentar a los cofrades. Los herederos del arquitecto Rafael de la Hoz Arderius se oponen a que se retire uno de las cuatro celosías que diseñó el emblemático arquitecto cordobés y que se instalaron en los años 70 en la Mezquita-Catedral.

Al respecto, fuentes de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía informaron ayer que ya se han empezado a estudiar las alegaciones presentadas al proyecto, una del promotor de la iniciativa, el Cabildo Catedral, que lógicamente no se opone a la iniciativa pero que ruega la mayor premura posible para resolver el conflicto, y otra de Rafael de la Hoz Castanny, hijo del arquitecto que diseñó las celosías y que, como informó a Diario CÓRDOBA la pasada semana, ha recurrido el permiso inicial de la Junta.

Una vez que la Consejería de Cultura resuelva (y aunque los que se consideren perjudicados pueden ir a los tribunales), será la Comisión Provincial de Patrimonio la que dé el visto bueno final. Y así, habrá que esperar más a los preceptivos permisos municipales para la obra, y a la ejecución del proyecto, de cerca de un mes de trabajos sujetos, eso sí, a la continua vigilancia arqueológica de la intervención.