La más antigua imagen que procesiona en la Semana Santa cordobesa, el Cristo de las Penas, se despidió de su barrio de Santiago camino de una carrera oficial 2018 que le tocaba inaugurar, a falta de la hermandad de la Entrada Triunfal, a la que la lluvia frustró su estación de penitencia por la mañana, Así, y tras las lágrimas más o menos disimuladas (y siempre emocionadas) con las que cada año le despide su barrio de Santiago, la cruz de guía de Las Penas fue la primera en plantarse ante el palquillo de horas y poner a prueba las mejoras que se han realizado este año en el itinerario común, en la segunda edición en la que el mismo discurre en el entorno y dentro de la Mezquita-Catedral, Y para la ocasión, nada mejor que una cruz de guía excepcional, recién restaurada y enriquecida por Emilio León, casi orgullosa de abrir una Semana Santa en donde, de entrada, ya ha desaparecido el ruido de bandas superpuestas en el Patio de los Naranjos.