No es que la Cuaresma haya entrado en campaña electoral, pero sí es cierto que la campaña electoral, al menos la de los comicios autonómicos, va a desarrollarse en plena Cuaresma. Quizá sea una oportunidad para conocer, por un lado, o recapitular, por otro, cual es la postura de las distintas fuerzas políticas sobre el futuro de la Semana Santa cordobesa y la relación con el propio movimiento cofrade.

De entrada, y centrándose en la relación de fuerzas de la actual corporación municipal, hay que apuntar un consenso total sobre la necesidad de apoyar a las cofradías y de impulsar la Semana Santa cordobesa. Así, el PP apuesta por prolongar el actual sistema con una Delegación Especial de Relaciones con las Hermandades que en los últimos meses ha encabezado la concejala Carmen Sousa, una edil que ha servido de correa de transmisión entre la Agrupación y el resto de concejalías y "además, durante todo el año. No solo hay que trabajar juntos en Semana Santa", decía ayer Sousa. También la candidata a la Alcaldía del PSOE, Isabel Ambrosio, no puede estar más de acuerdo en promover la Semana Santa "como motor de la propia ciudad" y lograr en torno a ello el máximo consenso de todos los sectores. Algo similar opina el candidato de IU, Pedro García, que habla de un "ámbito importantísimo" de la ciudad y de valores "culturales, turisticos y religiosos" con los que hay que buscar "lo mejor para Córdoba". También Rafael Gómez, presidente de Unión Cordobesa, apuesta por la Semana Santa.

Lo dicho: consenso general para impulsar la Semana Santa. Ahora bien: ya hay diferencias en cómo. Por ejemplo, en el más trascendente cambio que se está planificando con el traslado de la Carrera Oficial al entorno de la Mezquita--Catedral y La Ribera. Para el PP, "desde primera hora hemos apostado" por esta fórmula y de hecho "ya estamos trabajando en ello", recordando que el pasado Vía Crucis Magno fue toda una prueba que se pasó satisfactoriamente, considera Sousa.

Por su parte, Rafael Gómez tiene plena confianza en las cofradías. "Lo que ellas vean mejor, que son las que entienden de esto", sentenciaba ayer.

El PSOE, sin embargo, no da un cheque en blanco, e Isabel Ambrosio consideraba ayer que "un cambio de tanto calado respecto a la carrera oficial solo podría llevarse a cabo si se cuenta con el consenso y con la viabilidad, si se tienen todas las garantías de seguridad, pues no es lo mismo que parte de las procesiones discurran junto a la Mezquita-Catedral y entren en ella que trasladar la Carrera Oficial a un entorno que vimos casi colapsado en el Vía Crucis Magno de 2013", afirmaba.

En términos semejantes se expresaba Pedro García por parte de IU, afirmando que este traslado "no es fácil, hay que compartirlo con la ciudadanía" y anunciando que "nos sentaremos con las cofradías para estudiarlo".

Quizá, la mayor diferencia entre todas las fuerzas políticas locales esté en la representación de cargos públicos en actos religiosos, cuestión que el pasado mes de noviembre originó una agria polémica cuando IU pidió al Pleno que no haya este tipo de colaboración protocolaria.