El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, abrió ayer la Cuaresma en la diócesis con el ritual de la imposición de ceniza y una llamada a "vivir con plenitud" esta época, recordando que "es tiempo de conversión" para los cristianos en el que "Dios ofrece gracias de perdón y misericordia", dijo recordando el mensaje del Papa Francisco.

El ritual, sin embargo, tuvo si cabe mayor significado que otros años para el mundo cofrade, no solo por dar comienzo formalmente a la Cuaresma y la intensa agenda de actos a desarrollar, sino también porque la cátedra del obispo, el primer templo de la diócesis, será más protagonista que nunca en este periodo para las 37 cofradías de penitencia, tras haber acordado que todas irán a la Catedral en esta Semana Santa, precisamente, en desagravio por las trabas que se le está poniendo al uso del milenario templo.