Comenzaba con todo esplendor la Semana Santa 2016, la más singular que se ha planificado y que tendrá a la Catedral como protagonista. De hecho, la hermandad de la Entrada Triunfal salió puntual del primer templo de la diócesis, espléndida con el estreno del techo de palio de la Virgen de la Palma y con la reconfiguración del Misterio, que da el protagonismo que precisa Jesús de los Reyes, ayer con una apropiada túnica y manto blancos por el Año de la Misericordia. Todo esplendor y alegría de la chiquillería hasta que el cielo se cerró y la hermandad aceleró la marcha hacia Las Tendillas. El paso del Misterio sufrió relativamente poco la lluvia y pudo refugiarse en el instituto Góngora, pero el Palio... Un desastre que propios y extraños presenciaron con el corazón encogido. Entre los primeros en mostrar su solidaridad estuvo la alcaldesa, Isabel Ambrosio.

Pero si cayó agua y hasta granizo, más fuerte aún fue después el chaparrón de solidaridad y cariño que descargó sobre la abatida cofradía. Dos horas más tarde, ya sin cortejo formal y sin música, los pasos se dirigieron hacia San Lorenzo. Los aplausos de admiración, respeto, ánimo y cariño lo decían todo.