La tarde de ayer fue especial para muchas personas, en especial para aquellos más mayores. El Gran Teatro acogió, por primera vez, la fiesta de Carnaval de Mayores. Era un lugar diferente al Centro de Iniciativas Culturales Osio, pero la esencia del evento era la misma: pasar un día en familia y reírse con las actuaciones de los grupos.

«Aqui en el centro está mejor, no hay que desplazarse tan lejos y a los barrios les viene mejor», apuntó Antonia Salinas, que junto con Matilde Pérez y Virtudes Baena aprovecharon «para echar ya la tarde».

Pero este cambio lo notaron aún más los grupos que acturaron en la tablas del Gran Teatro. «Es un lujo estar aquí, se ha mejorado el enclave respecto a otros años», insistió Dora Rodríguez, presidenta del centro de mayores Antonio Pareja, del barrio de Santa Rosa, mientras se preparaba con sus compañeras de la chirigota Las chicas de los años 20 o algo más.

Hasta el bulevar de la avenida Gran Capitán acudieron residentes, monitores y otros acompañantes procedentes de 11 centros de mayores, como el Osario Román, ubicado en el Sector Sur. Este lugar estuvo representado por la chirigota Indúes occidentales, que fue la agrupación encargada de inaugurar la fiesta. «Al ser los primeros, tienes esos nervios antes de actuar, pero lo hemos hecho lo mejor posible en un lugar maravilloso», señaló Maravillas Aranda.

Pero detrás de esta fiesta hubo mucha gente que, con su dedicación, consiguió que todos los presentes dsisfrutaran de una día en compañía. Es el caso de los monitores y voluntarios de los centros, como Emilia Plata, de la residencia de mayores Jesús Nazareno. «Es la primera vez que vengo a este espectáculo y espero que nuestros mayores se lo pasen bien y, así, el año que viene repetiremos esta experiencia».

La fiesta estuvo conducida por la artista Isabel Márquez. «He venido a bailar flamenco, con Ana Rodríguez, al Concurso de Copla de Córdoba, pero llevaba ya mucho tiempo sin pisar estas tablas y tenía muchas ganas», señaló una cantante que disfrutó de «un día maravilloso, ya que te lo pasas bien con los mayores, pues la música te da vida. Es una buena terapia».

Una jornada festiva que concluyó con una merienda de bocadillos y refrescos en la Carpa de Carnaval.