Dirección: José María Muñiz Lagares.

Música: Constantino Tovar Verdejo y Ramón José Limón García.

Letra: Francisco Javier Ramos Rueda.

El Gran Teatro vivió una reedición de la noche mágica de Reyes con el debut en el concurso de Córdoba de La chirigota más esperada de Villarrasa (Huelva). Desde la apertura de cortinas, el espectáculo estuvo asegurado ya que, como cualquier carroza en una cabalgata de Reyes, repartieron caramelos y todo tipo de regalos al público, aunque para el jurado “tenemos balones de reglamento”.

Tras interpretar una animada presentación, la carroza del rey Melchor pasó a ser la de Gaspar para interpretar sus dos pasodobles. Dos letras de pellizco. En el primero contaron el drama de un “niño” que ha perdido que escribió a la carta a unos Reyes “que ve vestidos de traje en una empresa”, pero que a pesar de todo no deja de luchar porque algún día “esos reyes sean magos”. Su segundo pasodoble quiso recordar el “calvario que viven muchos estudiantes porque quieren estudiar”. Lanzaron así su dardo hacia el gobierno y los severos recortes en educación. “El futuro está en las escuelas y se lo están cargando” cuando “el futuro de un país está dentro de un niño”.

Prosiguieron con dos simpáticos cuplés. En el primer quisieron contar el poco tiempo que lleva su madre usando whatsapp, ya que “tarda dos horas en decir hola”. Mientras que en el segundo recordaron el intenso año electoral, “pues con tantas elecciones ya no sabía dónde dejar el voto”. Ambos fueron rematados con un buen estribillo. “Todo el día dando frenazos en la carroza, yo creo que esta tía nos tiene manía”, pero al fin al cabo “tiran más dos te…” (ya saben cómo acaba el refrán. Fueron el preludio de un divertido popurrí donde mostraron todo lo que no se ve en una cabalgata, como “el morazo de anís que llevo cuando llevo diez casas” o su miedo a “los empujones y el jaleo de las señoras cuando llevan el paraguas al revés”.