Toda ayuda es poca en los tiempos que corren, para la generación no solo de autoempleo sino también, para el desarrollo de nuevos proyectos empresariales y la creación de nuevos puestos de trabajo. Camino de una década cuando la crisis comenzó a aflorar con virulencia, el miedo de aquellos que deciden aventurarse en el mundo de la empresa y del trabajo, debe aminorarse no solo con el respaldo de todas las administraciones y de las instituciones, sino también con el de un mercado como el laboral en el que las condiciones deben ser lo más ventajosas posibles. Otra cosa será ya, de qué forma esté presente el espíritu emprendedor para el que da el paso en esa dirección.