La predicción de nevadas hecha por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para la comarca de la Subbética se confirmaba en la madrugada del pasado 6 de enero, Día de Reyes, cuando las precipitaciones llegaron en forma de nieve como consecuencia de las bajísimas temperaturas, prolongándose la nevada hasta altas horas del mediodía y repitiéndose al menos durante dos días más.

Unas primeras nieves del 2018 que dejaron en algunos puntos una gruesa capa blanca de 5 a 8 centímetros de grosor por encima de los 700 metros de altitud y en lugares más altos, como el Picacho y en los alrededores del santuario de María Santísima de la Sierra, enclavado a 1.223 metros de altitud, junto a algunas de las cumbres más altas y otras zonas del entorno como el polje de la Nava y otros puntos del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.

En este caso vuelven a repetirse las imágenes que se están ya convirtiendo en una estampa clásica a finales y principios de cada año, y que en el año 2013 llegaron a poder contemplarse incluso a finales del mes de abril, después de la gran nevada del 28 de febrero, cuando la nieve hiciera acto de presencia no solo en los campos del término municipal egabrense sino también en las calles del casco urbano como no ocurría al menos desde tres décadas antes.

La nevada, que empezó a ser consistente desde la madrugada, hizo que muchos vecinos no sólo de Cabra sino también de algunos puntos próximos de la comarca aprovecharan la jornada festiva para disfrutar del gran espectáculo que suponía poder ver los campos próximos al picacho egabrense cubierto de nieve, a pesar de la dificultad que avanzada la jornada presentaba la carretera de ascenso al santuario, por convertirse la nieve del asfalto en hielo.

La nieve, que si bien no llegó a ser tan abundante como la caída en los últimos años, es ya una costumbre que se hace notar en los últimos y primeros días de cada año y que se va intensificando por la intensa bajada de las temperaturas. Así ya se pudo confirmar incluso en la madrugada del pasado 10 de diciembre cuando el paso de la borrasca Ana dejó a su paso las primeras nieves en la sierra de Cabra, donde un leve manto blanco llegó a cuajar, aunque no de tanta consistencia como el del Día de Reyes.