Que municipios como Cabra se adhiera y respalde a iniciativas como la que la Fundación Savia viene emprendiendo para la creación del Defensor de las Generaciones Futuras, junto a otros muchos consistorios y entidades de todo tipo que ya lo han hecho, pone de relieve la importancia que para todos debe de tener cuestiones que ante las generaciones presentes como las futuras, tenemos derecho a un patrimonio ambiental común.

Unas adhesiones que no deben quedar sólo en lo formal y testimonial, sino que deben servir para tomar conciencia de que pensando globalmente y actuando localmente, con pequeñas acciones a diario, se puede garantizar un medio ambiente y que los recursos naturales de la Tierra, no lleguen a agostarse.

En lo local, debe traducirse en una ciudad que reúna condiciones para la habitabilidad de sus ciudadanos y no viceversa.