El alcalde, Fernando Priego (PP), ha anunciado que va a solicitar ayuda al Gobierno Central y a la Junta de Andalucía, para los trabajos de sujeción de la ladera del entorno amurallado de la Villa, pues si bien estos ya están concluyendo en la zona colindante a las calles Ana de la Rosa y Tinte, deberán emprenderse en la otra zona de la ladera que linda con el entorno histórico del barrio.

En ese caso su avance ya ha venido ocasionando en los últimos años y también en los últimos meses, problemas estructurales en su conjunto patrimonial conformado por el castillo de los Condes de Cabra donde se encuentra el colegio San José de las Escolapias, la iglesia de Capuchinos, el convento de las Franciscanas y la iglesia parroquial de la Asunción y Ángeles. Para ello ya se está realizando un estudio previo para conocer qué está ocurriendo y cómo debe afrontarse.

Para ello y en el caso de la Junta anunciaba que el PP presentará una serie de enmiendas para que se contemplen en los presupuestos andaluces del 2017 una serie de partidas, al estar Cabra incluida en el Plan de Arquitectura Defensiva de Andalucía tanto para los trabajos que ya están finalizando como para los que seguirán.

En el caso de los que están concluyendo se tratan de aquellos que la empresa pública Tragsa tiene previstos terminar en los primeros meses del próximo año y que con carácter urgente viene realizando desde hace algo más de un año con la finalidad de parar la regresión de la ladera del entorno amurallado medieval del barrio histórico de la Villa, según indicaba Priego junto a Emilio Yanes, director del equipo técnico de arquitectos de Sevilla que vienen realizando los mencionados trabajos.

Estos han permitido ya, como apuntaba Yanes, poner fin a la inestabilidad del terreno, mediante la aplicación de una serie de técnicas no invasivas y que podían haber afectado de no emprenderse a las viviendas de las calles Ana de la Rosa y Tinte.

Para ello se ha cambiado la naturaleza del terreno con inyecciones de lechadas de cemento enriquecido con una serie de aditivos, usando en cada una de ellas unas 5 toneladas de ese material. Las obras, que han contado con la colaboración de la Diputación de Córdoba, han sido costeadas prácticamente en su totalidad por el Ayuntamiento destinando para ello algo más de 1,1 millones de euros.

Una vez concluyan se emprenderá una segunda fase que pasará por la recuperación estética del propio entorno amurallado, hoy perdido, ya que las murallas junto a su característica defensiva también estaban dotadas de ese elemento propio de sujeción del terreno, ya resuelto con estos trabajos.