Cuando se cumplen dos años de la desaparición del egabrense Francisco Bonilla Chacón, el trabajo de investigación que en todo este tiempo se ha venido realizando por el Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría Lucena-Cabra conjuntamente con los servicios especializados en este tipo de búsquedas se ha visto reforzado con la llegada en estos pasados días de un equipo de la Unidad Central del Subsuelo y un georradar demandado por la familia al Ministerio del Interior para emprender labores de búsqueda, como ha informado el alcalde, Fernando Priego (PP).

Este lo hacía en el último Pleno tras la concentración silenciosa que acada mes tiene lugar a las mismas puertas del Consistorio, donde junto a la familia de Francisco Bonilla se guardan cinco minutos de silencio para que su caso no caiga en el olvido y sirva para tratar de obtener tener algún tipo de información desde que desapareció el 13 de abril del año 2015 cuando contaba con 68 años de edad.

Ahora parece que la investigación, de la que no ha trascendido públicamente nada en todo este tiempo, puede reforzarla, tal y como se trasladó el pasado 20 de marzo a Juan José Primo Jurado, subdelegado del Gobierno en Córdoba, durante la sesión que presidió de la Junta Local de Seguridad.

El georradar es una máquina que funciona con ondas electromagnéticas, que emite una serie de impulsos a través del subsuelo que son capaces de detectar si allí hay materiales con diferentes propiedades a los habituales, como un cuerpo o huesos.

Durante estos ya dos años que están a punto de cumplirse, la familia no ha dejado ni ha desaprovechado ningún momento para reclamar a las autoridades que se continúe con la investigación, pues no se ha perdido la esperanza en ningún momento de tener algún tipo de noticia sobre su paradero.

La búsqueda de Francisco Bonilla Chacón fue intensa tras su desaparición durante varias semanas con distintas batidas por prácticamente todo el término municipal de Cabra.