El Barça cerró la etapa de Xavi Pascual al frente del equipo de baloncesto, seis días después de que Joan Creus, el mánager general de la sección, se despidiera. Es el final de un ciclo de ocho años de un binomio ya inseparable en la historia del club, vivido de forma exitosa en los seis primeros años y medio (12 títulos, incluida una Euroliga) y con muchas turbulencias en los dos últimos dos años, saldados sin ningún título importante.

"Hemos decidido la rescisión de contrato de Xavi Pascual pero queremos mostrarle el reconocimiento en mi nombre y en la de la junta por su implicación en todos estos años", comentó Joan Bladé, el directivo responsable del baloncesto azulgrana. "Gracias por el respeto que siempre has actuado, y también por los títulos, especialmente la Euroliga, que ganaste para convertirte en el entrenador más joven en conseguirla", añadió Bladé, para matizar: "Que los títulos no hayan llegado estos dos últimos años no es solo responsabilidad de Pascual. También de nosotros, los directivos" .

NUEVA ÉPOCA

El director de los deportes profesionales del club, Albert Soler, explicó que no ha existido un "detonante" para tomar la decisión, sino que esta ha llegado después de un periodo de reflexión. "Creemos que al cambiar el modelo, hay que cambiar también de personas. Puede entenderse o no, pero es una decisión del club. Creemos que va a ser un modelo distinto del que tenemos ahora. Y para que las nuevas épocas puedan existir, a veces también hay que cambiar a las personas. Alguien tiene que tomar estas decisiones al final", apuntóSoler, para recalcar que en los próximos días el cub dará a conocer el nuevo modelo de la sección, con una apuesta más decidida por la base y también se explicará quiénes serán los responsables de llevarla a cabo.

"No me sorprendió la decisión. Desde el primer día sabía que había un final y ese día ha llegado", admitió Xavi Pascual, visiblemente roto con lágrimas en los ojos, que tampoco intentó disimular. "La gente aquí se cansa de todo. Y ahora se han cansado de mi figura. El ambiente estaba enrarecido y por eso entiendo la decisión del club de cambiar de modelo y lo respeto. Seguramente yo hubiera hecho lo mismo. Pero hoy esto aquí también para dar las gracias a todos".

"No son lágrimas de rencor, sino de agradecimiento, de tristeza, de dejar de estar, de muchas cosas vividas", se justificó después el ya extécnico azulgrana, que se definió como una persona honesta, valiente, humilde, entusiasta, y dejó poco espacio para la autocrítica. "Me veía con fuerzas para levantar un nuevo proyecto si el club me lo hubiera pedido. Me ilusiono con rapidez. Pero la vida sigue. Tengo un camino muy largo por recorrer, muchas cosas por hacer y seguro que nos volveremos a ver", se despidio el técnico de Gavà, de 43 años, dejando la puerta abierta a volver e entrenar rápidamente si encuentra una oferta que le atraiga.