Nada puede con las ganas. Y menos si son las de un debut. El ala-pívot Blake Griffin, tras 7 temporadas y medio vistiendo la camiseta de los Clippers, se estrenó con los Pistons de Detroit y asombró a la NBA con un recital. Traspasado a su nuevo equipo el lunes en una operación que ni él se esperaba, debutó con 24 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones en 35 minutos de juego. Nada pudo con él. Ni los números de Marc Gasol, ni los de su compañero Andrew Harrison. Griffin quería debutar por todo lo alto, y lo logró.

Fue titular y se convirtió en el líder de un equipo, que consiguió su segundo triunfo consecutivo después de haber encadenado 8 derrotas seguidas. Esta vez fue por la mínima, 104-102 frente a los Grizzlies de Memphis. Pero sirvió. Porque con la victoria en Memphis, los de Detroit, novenos en la Conferencia Este, siguen aspirando a clasificarse para los playoffs.

La pareja perfecta

Griffin, con el número 23 en la espalda, brilló en el lanzamiento y en el juego exterior. Pero también en el interior, donde encontró Andre Drummond. El pívot de los Pistons fue su mejor aliado y aportó 14 puntos, 15 rebotes (13 de ellos defensivos), 3 asistencias y 3 recuperaciones de balón.

También destacó la figura del alero Reggie Bullock, que anotó el último punto del partido con un tiro de personal y llegó a los 15 tantos, siendo el segundo máximo anotador del equipo de Detroit (24-26).

Marc Gasol no es suficiente

Pero el triunfo no fue fácil para los Pistons, pues se encontraron a unos Grizzlies luchadores que tuvieron en Marc Gasol su máximo estandarte. Por momentos, el encuentro se resumía en su duelo contra Griffin. Y es que, el de Sant Boi protagonizó un gran partido que culminó con un doble-doble.

El catalán lideró a los Grizzlies con 19 puntos, 14 rebotes y 2 asistencias en 33 minutos de juego. Anotó 6 de 21 tiros de campo y estuvo perfecto (6-6) desde la línea de personal, aunque solo anotó uno de los 8 triples que lanzó. Su aportación fue vital para mantener las opciones de victoria de los de Memphis hasta el final. Pero no fue suficiente porque su equipo volvió a quedarse a las puertas del triunfo por segundo partido consecutivo.

La plaga de lesiones está condenando a los Grizzlies, que no logran vencer ni con grandes actuaciones de Gasol.