Seis meses y medio después volvió Deivid al once titular. No lo ha tenido nada fácil el canario, algo que no le ha echado para atrás, ni mucho menos. Su recuperación no sólo cumplió plazos sino que, fruto del trabajo constante, se adelantaron. No sirvió para volver antes al equipo, ya que su ficha se había dado de baja, pero sí para que Carrión lo utilizara justo al día siguiente de que la burocracia lo permitiera.

Lógicamente, una cosa es el alta médica, otra la evolución tras ésta y otra, aún más diferente, la llegada al nivel competitivo óptimo. En los dos primeros casos, el capitán ha dado muestras sobradas de compromiso. La última depende, lógicamente, de la propia competición. Y se pudo comprobar sobre el césped de El Arcángel el pasado domingo. Tanto las sensaciones como las estadísticas del central aún están lejos de su mejor nivel, pero dio el primer paso para que el equipo pueda disponer de un central de garantías. El Córdoba, dada su precaria situación en la tabla y de juego, no puede permitirse el lujo de tener paciencia con Deivid.

Posiblemente, uno de los aspectos que más destacan en las estadísticas es la falta de protagonismo del canario con respecto a sus compañeros en defensa y también si se tienen en cuenta las mismas estadísticas antes de su lesión. Es decir, la de Deivid fue una vuelta a la competición «protegida», dadas las condiciones en las que aún está el canario, que afronta una pretemporada en toda regla. Cometió una falta y no estuvo entre los primeros en lo que a duelos ganados se refiere. Ese apartado lo lideró Héctor Rodas, que de 12 duelos ganó nueve y perdió dos. Caro mantuvo siete, con tres ganados y cuatro perdidos. Edu Ramos, cuatro, con uno ganado y uno perdido (dos neutros), Javi Galán, tres, todos perdidos y Rodri otros tres, dos de ellos perdidos.

Incidiendo en esa idea, deben destacarse el número total de disputas contra rivales franjiverdes. Mientras que su pareja en el centro de la defensa, Héctor Rodas, discutió un total de 19 balones directos, Deivid se quedó en un tercio, seis. El valenciano se vio en cinco ocasiones con Pedro, en cuatro con Nino, en tres con Guillermo y Borja Valle y en una ocasión con Pelegrín, Edu Albacar, Fabrián y Malonga. Deivid, por su parte, se vio en dos ocasiones con Hervías (haciendo la cobertura a Bíttolo) y en cuatro con Pedro, que tuvo una tarde para olvidar, ya que, por ejemplo, los cinco duelos ante Rodas los perdió.

En lo que a intervención en el juego se refiere, Deivid jugó un total de 46 balones, superado por Lara (60), Rodas (49) y Ramos (46). Tuvo ocho duelos, de los que ganó uno. Su compañero en la zaga, Héctor Rodas, tuvo 20 y ganó 13. Obviamente, lo que no le ha quitado la larga convalecencia ha sido su juego con el pie, ya que de 38 pases dados, 36 fueron con éxito para llegar a un 95% de precisión, el porcentaje más alto del equipo el pasado domingo. De esos 36 pases con éxito, un tercio fueron a Javi Lara, mientras que Rodas, que dio casi el mismo número de pases, buscó más al propio Deivid (siete) o a Caro (seis) que a algún centrocampista.

Fue el primer paso para la plena incorporación de Deivid, un hombre que será importante para las 10 últimas jornadas de un Córdoba que pelea la salvación. El canario debe seguir creciendo y tomar el protagonismo que siempre tuvo, sobre todo en lo que se refiere a los inicios del juego de construcción. Pero al menos, el domingo se vio un leve primer destello para la esperanza.