Hay ocasiones en las que el afán de quitarse la bufanda o, al menos, de esconderla, se va la mano. Si humano es guardar el forofismo en el cuarto de luz, no lo es menos el esfuerzo por el análisis frío. Pero tanto en uno como en otro extremo, lo que que ocurre a este Córdoba es algo excepcional, al protagonizar una remontada histórica a la que sólo le falta (ahí es nada) el colofón, es decir, la salvación. En cualquier caso, haga lo que haga el equipo de Sandoval en las dos últimas jornadas, igualmente será recordado. Esa memoria tendrá un barniz en color o en blanco y negro en función del resultado final. Así es el fútbol.

Un fútbol en el que nadie daba un duro por los blanquiverdes hace algo más de tres meses, por lo que el ejemplo del Córdoba bien vale para evitar la aplicación de lógica. Si en el fútbol no la hay, en Segunda División y en las dos últimas jornadas, aún menos. Las coletillas de «rival directo», «equipo que se juega el play-off» o «contrincante que no se juega nada» resultan tan inocuas como el agua bebida en una caseta de Feria. Basten como ejemplo los dos últimos partidos del Rayo Vallecano, en los que ha perdido con el equipo de Sandoval en Vallecas y han salido goleados en el Santo Domingo. O los cuatro puntos de los últimos 27 disputados que ha sumado el Albacete, lo que le ha metido de lleno en la pelea por la permanencia. Sin ir más lejos, en la capital manchega se hablaba, allá por febrero o marzo, de la posibilidad de pelear las eliminatorias de ascenso tras el empujón que supuso la llegada de Enrique Martín. Una situación que recuerda levemente a la del Cádiz de la temporada 2007/08.

Sólo hay una verdad inmutable: una victoria del Córdoba en el Municipal de Reus, el próximo domingo, le saca de puestos de descenso después de 31 jornadas consecutivas inmerso en ellos, lo que le valdría, además del lógico subidón moral (uno más), llegar a la última jornada, en El Arcángel ante el Sporting, mirando a sus adversarios (y lo que hacen) por el retrovisor por primera vez (y última, ya que es la jornada 42) en siete meses. Ahí es nada.

En cualquier caso, esas coletillas de «rivales directos» o «equipos por el ascenso» se muestran a modo informativo y no como garantía de nada. Los blanquiverdes tienen ese duelo en Reus, un equipo que tiene sus deberes hechos, y también el de El Arcángel ante los gijoneses, que aunque se juegan posiblemente ese puesto tercero, importante para las eliminatorias de ascenso, dependen también del Zaragoza-Valladolid de la próxima jornada. Los de Baraja podrían llegar no jugándose nada o, incluso, necesitando un solo punto para asegurar ese lugar en la tabla.

En cualquier caso, el equipo de Sandoval ha hecho la mitad de los deberes que se adivinaban hace un mes, cuando se señalaban los partidos en casa ante el Almería y el de Reus como los importantes para su pelea por la salvación. Esos 180 minutos de competición tienen síntomas relativamente diferentes con sus otros adversarios por la permanencia.

El Alcorcón necesitará un triunfo más. Sus 48 puntos, logrados con una sorprendente goleada al Rayo Vallecano, le dejan a un solo paso de la permanencia. Pero tiene que visitar Almería y recibir en la última jornada al Lugo.

El Albacete tiene a otro rival directo en la próxima jornada: un Barcelona B que ha resucitado con García Pimienta y que transmite muy buenas sensaciones, tanto en Gijón, en donde ganó mostrándose superior en muchos momentos, como ante el Cádiz, al que barrió en los primeros 45 minutos. Los manchegos visitan en la última jornada el Heliodoro tinerfeño y los azulgranas reciben al Zaragoza. Ese triángulo Zaragoza, Sporting y Valladolid se debe aclarar mucho en la próxima jornada.

A la Cultural podría costarle cara la segunda parte en Tarragona (encajó un parcial de 5-1), ya que en la próxima jornada recibe al Oviedo y en la última visita Soria. Y tiene pinta de que los sorianos, al igual que los asturianos, estarán inmersos en la lucha por un puesto en las eliminatorias de ascenso.

Por su parte, el Almería tiene ese duelo de máxima tensión ante el Almería en el Juegos del Mediterráneo y terminarán el campeonato liguero en el Anxo Carro, ante un Lugo entrenado por su paisano y extécnico, Francisco Rodríguez.

De no estar ni tan siquiera en la pelea por la salvación y soñar, como mucho, en intentar acercarse a un equipo o dos (se daba por hecho que muchos se escaparían), el Córdoba ha pasado a jugársela con otros seis rivales y con la certeza de que un triunfo, en Reus, le saca de puestos de descenso. La vida blanquiverde en sólo 180 minutos.