Han tomado el fortín y se han llevado la ilusión de la promoción hasta nuevo aviso. El Córdoba B ha perdido en la matinal del domingo 0-2 en El Fontanar, donde hasta la presente se había mostrado intratable. Lo que aspiraba a convertirse en la cuarta victoria consecutiva, terminó recordando por momentos a la debacle de la semana pasada en Sevilla. Había que redimirse pero se cayó en un partido de chiste, con una primera parte totalmente desperdiciada y una segunda mitad en la que los cambios no cuajaron.

Alguna rotación en el once de Romero. Respetó la primera línea y dejó a Jonathan en el pivote. La principal novedad era la entrada de Austin por delante del africano, mientras que David hacía de mediapunta. El resto del ataque, sin variantes: Dani Hernández por la derecha, José Fran por la izquierda y Juanfran en punta.

La primera media hora fue entre un tostón y muy mala, donde la principal distracción estaba en la grada en el análisis de la derrota del primer equipo ante el Málaga y las posibilidades del Córdoba de permanecer en Primera. En el campo, nada de nada. Mucho balón en largo sin que encontrase destino y ninguna legada con peligro a ningún área. El filial disponía del esférico, pero sin trenzar jugadas. En el 37’ llegó la primera ocasión. David Álvarez peinó de espaldas un balón que recogió José Fran dentro del área, pero se pasó cruzando el balón ante Nico.

La jugada tonta del partido llegó en el descuento de la primera parte, cuando Cristian Márquez remató en su propia portería un centro sin peligro ante el que nada pudo hacer Jon Villanueva. El Córdoba B se volvía a poner por detrás en el marcador y tocaba remontar.

Y si mal terminó la primera parte, peor empezó la segunda, cuando Iván Aguilar se aprovechó de un rebote en el área ante el tropiezo de Toscano para establecer el 0-2. Mucho premio para los leperos visto lo visto en el campo.

Romero cambió el dibujo metiendo a un segundo delantero por un Austin que no termina de adaptarse al segundo equipo cordobesista. El inglés podría salir de la entidad en el mercado de invierno. Tampoco estuvo fino David Álvarez, que acabó cediendo el puesto a Sebas Moyano. Algo más de vistosidad para un choque sentenciado. Y pese a que el B lo intentó y tuvo varias llegadas buenas frustradas por el meta visitante, Zambrano pudo establecer el 0-3 al rematar solo un córner, que se marchó alto o en una internada de Mustafá a punto de pitar el final.

Mala imagen en general de todo el equipo y una falta de concentración absurda. La semana que viene el Córdoba B tendrá de nuevo la necesidad de buscar la redención. Esta vez ante el filial almeriense. Fuera de casa. Hay que recuperar la ilusión.