El partido de ayer ante el Extremadura UD sirvió a Luis Miguel Carrión para seguir trabajando los detalles que quedan por pulir y los errores que criticó en su anterior partido, en la presentación ante el Real Betis. Tras el encuentro en El Arcángel el técnico barcelonés fue duro al asegurar que era «el partido del que más cosas hay que mejorar». Una de ellas fue la presión en campo contrario, casi una obsesión de Carrión. «Nos han salido varias veces», aseguró Carrión durante el análisis del encuentro de presentación ante los béticos. Los verdiblancos pegaron dos tiros en el poste y en general fueron superiores, lo que por otra parte no deja de ser normal dada la diferencia de categoría y de presupuestos entre ambos contendientes.

Más contento acabó ayer Carrión. Tras la finalización del partido ante el Extremadura aseguró que la presión de su equipo estuvo «fenomenal», lo que llevó a la consecución de los tres tantos blanquiverdes. A pesar de su balance positivo del encuentro, lamentó «no haber salido conectados al partido desde el principio».

Ayer, en el Francisco de la Hera, el técnico cordobesista tuvo una nueva oportunidad de trabajar este aspecto y otros de los asuntos que desea mejorar, la salida del balón jugado desde atrás. Carrión no quiere voleones y ayer insistió en ello durante todo el partido. Lo entrenado durante toda la pretemporada trató de ponerlo en práctica ante el Extremadura pero durante la primera media hora no funcionó.

Los locales, crecidos al ser su partido de presentación, incomodaron mucho la salida de los blanquiverdes. Javi Lara tuvo que bajar muy atrás en la primera parte para recibir y en muchas ocasiones Vallejo parecía un tercer central.

El principal problema para que el equipo salga tocando desde atrás es que dos de los centrales llamados a ser titulares, Joao Afonso y Josema, no destacan especialmente por disponer de una buena salida del esférico. Al portugués le cuesta especialmente asociarse con sus compañeros, es un central de talla y envergadura que sufre con metros por detrás, precisamente una de las cualidades del Córdoba de Carrión, que adelanta sus líneas para asfixiar la salida del rival.

Por ello, hasta el minuto 30 tanto Lara como Caballero tuvieron que bajar en exceso muy cerca del área cordobesista, buscando captar la bola para subirla al campo rival e iniciar las jugadas de ataque.

Durante la segunda parte el nivel físico del Extremadura bajó mucho. También acusaron los azulgranas la remontada cordobesista y dieron un paso atrás. Fue en ese momento cuando Javi Lara, más desahogado, pudo dedicarse a su labor, la de organizar al equipo, mover la bola y dar balones a los atacantes en zona de peligro.

La cuestión es si ante rivales de Segunda División los planes de Carrión saldrán bien. Porque con una presión como la de los primeros 30 minutos de los extremeños durante todo un partido, la idea de juego de los blanquiverdes puede no terminar de funcionar.