«El partido en sí tuvo poca historia, al menos, en lo que a juego se refiere, aunque mucha, muchísima en el otro fútbol. Y en él, un protagonista: Florin Andone. El rumano no hizo sino lo que ha realizado durante la temporada. Un futbolista que es capaz de poner en tensión a las defensas rivales y sobre todo a los centrales para terminar matando a no pocos equipos con su eficacia en los últimos metros. A la media hora de partido ya había logrado que Héctor Yuste y Aveldaño vieran la amarilla, incluso alguna de ellas bien pudo ser roja». La crónica del Mallorca-Córdoba de la pasada temporada fue el canto del cisne de Florin Andone, el último servicio del entonces delantero blanquiverde antes de marcharse a la Eurocopa con su selección. Eso sí, dejó al equipo de nuevo situado en puestos de eliminatorias de ascenso tras una fase en la que al Córdoba parecía escapársele, incluso, esa posibilidad. Una segunda vuelta para olvidar hasta esa semana de Feria en la que se hizo pleno, culminada por el gol del máximo goleador blanquiverde, lo que hacía depender de nuevo al Córdoba de sí mismo.

Un saque de esquina de Fidel, un toque de cabeza de Héctor Rodas jugándose el tipo y la escopeta rumana fue todo lo que necesitó el Córdoba en un partido que tuvo mucha tensión. El Mallorca se jugaba el descenso, como ahora, y el pasado de Florin en el Atlético Baleares estuvo muy presente en el partido. Sobre todo porque él no olvidaba lo ocurrido unos años antes.

Y llegó no sólo para ganar, para hacer ese último servicio, sino también para reivindicarse. Tal fue el partido de tensión que despachó el rumano, que al finalizar el mismo Aveldaño estuvo buscándole en la salida del césped y en los pasillos de vestuarios.

También necesitó el Córdoba entonces, sobre todo en la última media hora, una buena actuación de Razak, ya que en el aspecto defensivo este equipo apenas ha cambiado. Pero sí en la punta de ataque, por lo que si pretende repetir triunfo tocará hacerlo sin el balearico.