El duelo de esta tarde depara dos estados de ánimo diferentes. El del Córdoba, con el efecto Carrión prácticamente olvidado y con una racha dantesca, que señala que sólo ha ganado dos de los últimos 15 encuentros y, además, con ningún triunfo local desde el pasado 24 de septiembre. Por el otro, un UCAM Murcia que está en el papel que se le presuponía, pero que el cambio de entrenador no le ha sentado mal, al menos en este primer mes y medio, ya que los universitarios sólo han caído ante el líder.

Pero más allá de sensaciones y juego, los números tan extremos de unos y otros hacen presagiar dos partes muy diferenciadas, a pesar de que blanquiverdes y azulones llevan un balance goleador muy parejo: 21 a favor y 30 en contra para los locales, 23 y 30 para los visitantes.

Esas partes muy diferenciadas se basan en las estadísticas, ya que el Córdoba ha anotado 14 de sus 21 goles (el 66,6%) en la primera hora de juego, mientras que el UCAM Murcia ha encajado 19 de los 30 goles que ha recibido en la primera parte, más del 60% de los goles sufridos hasta ahora. Por lo tanto, vistos los números de unos y otros en este apartado y teniendo en cuenta que los pocos momentos buenos que ha ofrecido este Córdoba en toda la temporada han sido siempre en las primeras mitades de los encuentros, las mayores las esperanzas de la afición, esta tarde, estarán centradas en esos primeros 45 minutos.

Pero habrá que tener cuidado en la segunda parte y, más concretamente, en el tramo final del encuentro, ya que el Córdoba ha encajado la friolera de 11 goles (casi el 40%) en el último cuarto de partido, mientras que sólo ha anotado tres, uno de ellos, precisamente, el de Luso en La Condomina, durante el duelo de la primera vuelta.

Por el contrario, el UCAM Murcia sólo ha encajado tres goles en ese último cuarto (el 10%) y ha anotado nada menos que nueve goles en los últimos 15 minutos: casi el 40% de su producción anotadora la ha convertido el equipo de Francisco en esos últimos 15 minutos de partido y en los descuentos. Por lo tanto, el duelo de esta tarde se contempla como una prueba a las debilidades de unos y otros en el apartado defensivo y en los momentos de cada encuentro. Porque los universitarios reflejan un problema de conexión desde el principio de los mismos, con ocho goles recibidos, nada menos, en el primer cuarto de hora de cada duelo, mientras que los blanquiverdes muestran un inconveniente arrastrado de la pasada temporada: la caída en picado del equipo, sobre todo físicamente, en la última media hora de cada compromiso. Por lo tanto, parece factible que en el vital choque de esta tarde ante el UCAM Murcia se pase de la sonrisa al llanto en muy poco espacio de tiempo.