Tras la sentencia del juzgado de Instrucción número 2 de Córdoba la pregunta de muchos aficionados coincidió: «¿Dónde nos vamos a entrenar?». Salvo que el plan del Ayuntamiento fructifique, el Córdoba solo tiene cuatro alternativas a la ciudad deportiva de campos de césped natural, entre la capital y provincia. Dos se sitúan en Rabanales, propiedad de la Universidad. Uno de ellos es de rugby y aunque se encuentran en buen estado están asentados sobre una superficie de lima (no de tierra), lo que desaconseja su uso de forma habitual.

Además, teniendo en cuenta la tarifa de alquiler, el coste para el club sería en torno a 45.000 euros. Otro campo es el de El Fontanar, aunque éste, al igual que los de Rabanales, también fue desechado por el propio club como posible lugar de entrenamiento habitual para un equipo de fútbol profesional. Finalmente está el de Palma del Río, cuyo mantenimiento corre a cargo del propio Ayuntamiento palmeño y, aunque se utiliza habitualmente, no se encuentra en óptimas condiciones. Por lo tanto, el Córdoba está sin opciones.