Pablo Alfaro también habló ayer como previa al encuentro de mañana en El Arcángel. Al técnico del Mirandés le preguntaron, dada la situación en la tabla del Córdoba, si los blanquiverdes podían tener la presión de su propia afición. «Es uno de nuestros objetivos. Conseguir que el Mirandés plante cara desde el primer minuto y ojalá la afición del equipo rival no se ponga tan a favor del suyo, porque con nosotros no van a estar», comentó el maño, que vaticinó que el choque en El Arcángel «será largo». «Córdoba es un rival en la línea del Zaragoza, una gran ciudad, un estadio de Primera Divisíon, han estado ahí hace poco, y el equipo está diseñado para estar más arriba», explicó Alfaro. Ahora, el Córdoba está en «un año muy complicado por eso, porque están llamados a hacer cotas mayores. Es el equipo que linda la línea roja», recordó el técnico del Mirandés, por lo que «espero un rival que vaya a por el partido, que sea intenso». Además, el entrenador rojillo, recordó que «los marcadores del Córdoba están siendo muy ajustados», por lo que insistió en que el de mañana será «un partido largo y que lo que suceda no sea determinante hasta el final».

Alfaro, siempre en un tono distendido, reconoció que acuden a Córdoba con la esperanza de «volver a ver la luz al final del túnel», ya que su equipo tiene muchos problemas. Uno de ellos, en parte resuelto con la línea de cuatro defensas, es el de la facilidad para encajar que ha tenido el Mirandés a lo largo de la temporada. El otro, la dificultad para anotar. «El porcentaje de acierto de cara a puerta es una de las cosas a mejorar. Si eres más serio atrás y concedes menos al rival y te acercas más al área del rival, eso ya es... La suerte suprema. Es entrenable, pero también intervienen las capacidades de cada uno y trabajar más tiempo. Hay un momento en el que es el futbolista el que tiene la voz cantante. Nuestro trabajo es intentar llegar el mayor número de veces posibles y que nos lleguen menos». Y en esas anda Pablo Alfaro con el colista, que visita El Arcángel.