Posturas enconadas en la cuestión de la salida de Deivid. El Real Valladolid reconoció ayer por boca de su director deportivo, Miguel Ángel Gómez, que le interesa la contratación del defensa canario. Para Gómez, Deivid «tiene un perfil interesante», «puede ayudar al estilo del entrenador» y además cumple con «un perfil humano que buscamos». Sin embargo, fuentes de la ciudad castellano-leonesa aseguran que el Valladolid no tiene intención de pagar ningún euro por su traspaso. Aunque esas mismas fuentes insisten en que el jugador y el club pucelano tienen un acuerdo económico sellado a falta de firma, puesto que sigue siendo jugador del Córdoba.

Pero aquí viene el enconamiento. Córdoba y Valladolid no han negociado, de hecho desde el club blanquiverde se insistió ayer a este periódico que «no hay conversación entre clubs». Es más, el Córdoba asegura que «no se está moviendo nada». Aunque el club califal reconoce que «de aquí al viernes debe haber movimientos», duda incluso de lo que ocurrirá al inicio de la pretemporada. Es decir, que aunque la intención del Córdoba es solucionar el problema antes de la vuelta al trabajo, no es un extremo 100% seguro.

Esto no cuadra con la información filtrada por el entorno del futbolista en los últimos días, en la que se aseguraba que el Córdoba habría comunicado al jugador el viernes, el día antes de su boda, que no seguiría la próxima temporada vinculado al equipo blanquiverde.

Si el Valladolid no está dispuesto a pagar y el Córdoba no parece tener interés en rescindir al futbolista, las negociaciones parecen haber entrado en un punto muerto con dos actores, club y jugador, a los que interesa que queden despejadas antes del viernes, cuando el equipo inicia su pretemporada. De hecho el Valladolid lo hace hoy mismo, salvo sorpresas, sin presencia del canario. La resolución pasa de forma irremediable por un acuerdo entre Deivid y el Córdoba que contemple la rescisión, siempre y cuando no entre en escena un tercer conjunto no contemplado hasta ahora y con capacidad de asumir un traspaso. De momento, hay ‘caso Deivid’ por delante.