El Córdoba cayó con justicia y con claridad ayer en Balaídos. Sí, con claridad a pesar de ese 1-0 que reflejaba el marcador final, porque el conjunto blanquiverde no dio nunca sensación de bloque, ni de juego. Tampoco de creer en ningún instante en la posibilidad de sacar algo positivo, salvo que el rival estuviera tan fallón como lo ha estado en los anteriores 10 encuentros, en los que tan solo sumó dos puntos. Y para ello hubo muchos factores. Por un lado, se echó en falta, sobre todo en esa primera mitad, a Fede Cartabia. El argentino logra mantener la posesión y lanzar las bandas. Djukic apostó por Héldon que, claramente, no cumple con ese perfil. Por otro, el esfuerzo defensivo en este Córdoba continúa estando mal repartido. Mientras que el serbio no resuelva esos problemas de inmadurez (o irresponsabilidad, llámenlo como quieran), su equipo sufrirá cuando no tenga el balón. Y ese compromiso se ha demostrado existente cuando enfrente está un equipo como el Real Madrid. Por lo tanto, el técnico blanquiverde tendrá que convencer a los suyos de que en las próximas 17 jornadas se jugará siempre contra los blancos. Nadie recuerda ni una sola internada de Bale en El Arcángel debido, sobre todo, porque Ghilas aportó toda su solidaridad a Edimar. Ayer, Santi Mina hizo casi lo que le apeteció en los primeros 45 minutos. También vale para la banda derecha. Pero el Córdoba no solo dejó las bandas desguarnecidas, también por el centro Deivid y Rossi apenas aparecieron, salvo cuando el rival ya estaba por delante en el marcador y dio un paso atrás para intentar matar al Córdoba a la contra. En detrimento de ese doble pivote habrá que reconocer que mucho trabajo tuvieron intentando ir a las coberturas para que sus laterales no quedaran completamente solos, como así los dejaron otros compañeros. El espectáculo de Teixeira Vitienes y su asistente en la recta final solo demuestra que lo de la mejor Liga del mundo es un eslogan que cada vez deja más en evidencia a los que lo repiten.

Solo hubo un destello blanquiverde, nada más comenzar el encuentro. Un centro de Ghilas era rematado de espuela por Héldon en el área pequeña y Sergio Alvarez evitaba, milagrosamente, el gol visitante. Pero las nubes llegaron pronto y, con ellas, el chaparrón. El Celta funcionó muy bien, sobre todo combinativamente, comandados por un Kron-Dehli que movió a su equipo con agilidad, un Nolito que estuvo generando peligro siempre y un Santi Mina que se las hizo pasar canutas a Edimar.

Así, las ocasiones se acumulaban, una tras otra, y el gol local se estuvo oliendo durante más de media hora. Pero no llegó por dos motivos: la incapacidad rematadora de los celestes, de ahí su horrorosa racha, y por Juan Carlos, que volvió a cuajar una actuación notable para mantener a su equipo dentro del partido (perdón, del marcador) e incluso para que los celestes no pusieran tierra de por medio.

Nolito en dos ocasiones, Santi Mina en otras dos, un posible penalti de Gunino al 10 celtiña y un paradón de Juan Carlos ante Larrivey, así como innumerables acercamientos y balones al área fueron la factura que el Celta pasó al Córdoba en la primera mitad. Pero al descanso el 0-0 seguía haciendo albergar esperanzas en caso de que los visitantes rectificaran, tanto en planteamiento como en actitud. Claramente, el Celta le perdonó la vida al Córdoba, tal y como hizo en la primera vuelta, en El Arcángel.

Con esa mínima esperanza arrancó una segunda parte en la que, efectivamente, se vio que el Celta bajaba el pistón en los primeros minutos, aunque la línea plana del Córdoba se mantenía. Por lo tanto, todo se dejaba al destello individual. Y ahí ganó el Celta con sus dos hombres más destacados. Un pase de Santi Mina, dejado seguir por Orellana, era aprovechado por Nolito para anotar el gol del triunfo tras un golpeo magistral del sanluqueño. El centro del campo cordobesista volvió a brillar por su ausencia, incluido el recién entrado Abel Gómez por el debutante Héldon. Podía pensarse que lo bueno era que aún quedaba media hora por delante para deshacer el entuerto, pero... Lo poco que se vio del conjunto blanquiverde fue gracias a que el Celta dio ese paso atrás para intentar matar el partido al contragolpe. La ausencia de esfuerzo y de solidaridad era escandalosa con respecto a actuaciones anteriores. La inmadurez observada en este conjunto, sobre todo de mediocampo hacia adelante, volvió a hacerse evidente. Apenas dos aventuras individuales, con las orejeras puestas a ambos lados de los ojos, fue lo único reseñable de los de Djukic en esa segunda mitad, que se remató con el esperpento de Teixeira. Una jugada entre Rossi y Planas (con plancha del primero y barrido del celtiña) fue señalado por el asistente como falta a favor local. Luego, el colegiado pitó penalti. Tras una tangana, de nuevo falta.

Ese jaleo no debe hacer perder la perspectiva y lo visto o lo perdido sobre el césped de Balaídos, con respecto a actuaciones anteriores. Un Córdoba contemplativo, lejos de aquel del esfuerzo, del trabajo, de la solidaridad que llegó a emocionar. El "cuchillo en la boca" que reclamaba Djukic a los suyos tras el Camp Nou fue cambiado por estos por el palillo de dientes.

Estadio: Balaídos

Asistencia: Unos 20.000 espectadores, con presencia cordobesista

Terreno de juego: Bien

Celta de Vigo: (1) Sergio Alvarez, (20) Sergi Gómez, (22) Cabral, (3) Fontás, (21) Planas, (23) Krohn-Dehli, (24) Augusto, (14) Orellana, (10) Nolito, (7) Santi Mina y (11) Larrivey.

Cambios: (8) Alex López por Santi Mina en el 68', (6) Radoja por Orellana en el 79' y (5) Pablo Hernández por Augusto en el 90'.

Córdoba: (1) Juan Carlos, (17) Gunino, (2) Pantic, (3) Crespo, (11) Edimar, (15) Deivid, (7) Rossi, (14) Ghilas, (9) Héldon, (24) Bebé y (28) Florin Andone.

Cambios: (23) Abel Gómez por Héldon en el 46' y (18) Borja García por Deivid en el 78'.

EL GOL

1-0 (56') Jugada iniciada por Santi Mina, que pasa el balón, paralelo a la línea de área; Orellana deja pasar y Nolito, completamente solo, dispara con el interior al palo largo, haciendo imposible la estirada de Juan Carlos.

EL ÁRBITRO

Teixeira Vitienes J.A. (C. Cántabro)

Mal. 'Espectáculo' adicional con el penalti/no penalti. Amonestó a los celestes Orellana (29') y Santi Mina (41'); expulsó al técnico local, Berizzo (85'); también amonestó a los cordobesistas Héldon (42'), Abel Gómez (84'), Iago Bouzón (84') y Crespo (90').