Desde que Carlos González llegó al Córdoba los últimos días de mercado suelen ser ajetreados. En su primer verano en el Córdoba, en el 2011, el protagonista fue Charles. El brasileño era la estrella del Córdoba y el Almería, donde estaba Lucas Alcaraz, se interesó en contratarle. González, partidario de vender a jugadores para posibilitar el crecimiento del club, pidió 800.000 euros por el traspaso y no se bajó de esa cantidad, más aún cuando el sustituto que tenían pensado para Charles, Borja Bastón, decidió esa misma tarde recalar en el Murcia. El Córdoba se quedaba sin recambio para su delantero; además, el Almería apenas elevó la cantidad económica (se aproximó a los 600.000 euros más el 15% de un futuro traspaso), por lo que el brasileño cumplió su año de contrato y a la temporada siguiente se marchó gratis al Almería, después de rechazar la oferta de renovación blanquiverde. "El único imprescindible en el Córdoba es Francisco Jémez", dijo ese mismo día Carlos González. Al día siguiente, el propio Jémez agradecía que se primara la estabilidad deportiva al aspecto económico.

El protagonista del siguiente 31 de agosto, el del 2012, fue Enzo Rennella. "Es un hombre que se nos ha puesto a tiro dentro del mercado y al que hemos considerado interesante incorporar", dijo el secretario técnico, Luna Eslava, en la presentación del italiano, la misma mañana del 31 de agosto, justo antes de que el equipo se marchara a Lugo para jugar su tercer partido de Liga, en Segunda División. En esa comparecencia, Luna aseguró que no daba por cerrada la plantilla hasta las doce de la noche. Pensaba en Carlos Calvo, que horas más tarde se desvinculaba del Udinese y tenía libertad para elegir entre Córdoba o Almería. "Lo haré con el Almería --dijo a este periódico a las ocho de la tarde--; se ha metido de lleno y ha apostado fuerte. Los dos eran buenos proyectos y le deseo mucha suerte al Córdoba". Tampoco hubo ninguna salida.

El último día del mercado invernal del pasado curso también coincidió con la previa de la tercera jornada de Liga. Esta vez los blanquiverdes se jugaban el liderato ante el Alavés, después de haber ganado los dos primeros encuentros. Ese mismo día llegó a la ciudad Pacheco, el penúltimo refuerzo del Córdoba, mientras en la entidad se apuraban las condiciones de la cesión de Uli Dávila, que fue el último en llegar. Fue el refuerzo número trece. Nueve meses después daba el ascenso a Primera con un gol en Las Palmas en el tiempo de descuento de un partido que ya forma parte de la historia del club. Ayer Uli también fue protagonista, pero no en Córdoba, sino en Tenerife, que logró su cesión. Allí le están agradecidos desde el 22 de junio, cuando dejó a Las Palmas un año más en Segunda.