Necesita el Córdoba una victoria con carácter de urgencia. Suma ya tres partidos consecutivos sin ganar y, aunque se mantiene ahí más por demérito de los demás que por méritos propios, la pérdida de dos puntos en Alcorcón en los minutos finales no ha sentado nada bien, como se pudo ver ayer en la vuelta al trabajo.

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La sesión comenzó con una dura charla de José Luis Oltra. Bronca generalizada del técnico a los suyos que, cabizbajos, aguantaron el chaparrón como pudieron. "Una maratón tiene 42 kilómetros", repetía el entrenador, que pedía que no hubiese relajación y reiteraba su total confianza en la plantilla, aunque se le escapó algún reproche por los dos primeros goles del Alcorcón. "¡Si es penalti, es penalti y punto!", gritó sin mirar a nadie en concreto. Más tarde, el preparador físico, Chema Sanz, sí que hacía un prolongado aparte con Víctor Pérez.

Fidel tuvo menos suerte y le tocó lidiar con el entrenador. Cisma se ausentó con permiso del club. Xisco, aún con el bulto en el gemelo, Deivid y Raúl de Tomás se marcharon al estadio. Era la intención del extremo zurdo, pero Oltra lo citó para una charla en la que le dejó claro que no le gustó su partido y, pareció entender, que el cambio hubiese sido el onubense de no ser porque De Tomás tenía molestias.

Tras unos rondos, Florin le recriminó a Pedro Ríos que no se moviese. Parecía la típica broma de Florin sin más, pero el jerezano le respondió (sin maldad), el segundo de Oltra también intervino para darle la razón al veterano y Florin empezó a recriminarle a Pedro Ríos que no corre en los partidos. El comentario, obviamente, no le sentó bien al jerezano, aunque supo templar. Intervino Héctor Rodas para recriminarle su actitud al rumano, que también tuvo para el valenciano. En fin, algo inusual en esta plantilla, pero nada que no arregle un triunfo ante el Zaragoza. De hecho, los dos se marcharon juntos.