POSITIVO

1. Más orden y más posesión

Lo mejor del Córdoba en el Martínez Valero se desarrolló principalmente en la primera mitad. Lo mejor no significa 'bueno' como valor absoluto, pero sí que demostró cierta mejoría el equipo blanquiverde, sobre todo en el orden táctico, salvo alguna desaplicación puntual. El pobre juego interior del rival favoreció esa media hora en la que aún había resuello, lo que además ayudó a que los de Djukic tuvieran balón, posesiones aceptablemente largas e incluso algunas con criterio para buscar el área de Tyton. Quizás aún lejos de lo ideal, pero desde luego una mejoría evidente con respecto a los tres meses anteriores.

2. Hubo cuatro arriba

Otro aspecto positivo del Córdoba en Elche tuvo que ver con el juego de mediocampo hacia adelante. La presencia de los tres medias puntas y de Ghilas fue mucho mayor con respecto a los 11 compromisos anteriores del equipo en Liga. El argelino estuvo en todas, disfrutó de una ocasión que no supo materializar y en su lucha con Lombán y Roco, principalmente, saltaron algo más que chispas. Fidel volvió a reivindicarse, no solo con el gol que abrió el marcador, sino también con alguna llegada peligrosa y con su compromiso defensivo. Borja García dio dos asistencias y Fede hizo de Cartabia.

NEGATIVO

1, Indecisión fatal

El Córdoba, con 0-1 y no con 1-2, empezó a desmontarse paulatinamente por dentro, lo que provocó que todo el equipo reculara metro a metro, minuto a minuto, hasta meterse prácticamente en el área de Juan Carlos. Abel fue tan importante en la primera parte como perjudicial --tras quedarse sin fuelle-- en la segunda. En esos primeros 50-60 minutos el sevillano dio (y no fue poco) lo que tenía al equipo. Fue necesario un primer recambio para apuntalar al equipo y evitar las constantes subidas de balón de Mosquera. Un dato llamativo: ni una falta cometida por Abel ni Deivid. Y Cartabia (8) recuperó más balones que ellos.

2. Hacia atrás, un suplicio

Pero no fue el único punto débil de este Córdoba. Con los laterales actuales la necesidad de coberturas se hace imperiosa, pero cuando estas hay que hacerlas constantemente al equipo se le ven las costuras. Y siempre es por la misma zona. En este caso, el Córdoba empezó a descoserse de mediocampo hacia atrás. El doble pivote comenzó a hacer aguas y los centrales no daban abasto. Fidel se perdió finalmente en intentar ayudar defensivamente en su banda, incluso Cartabia y Borja. El 'medio equipo' fue una realidad en la última media hora. Salvo arreglo tiene visos de repetirse. Y queda tanta Liga...