Estadio: Cornellá-El Prat. Asistencia. Unos 17.128 espectadores, con presencia cordobesista

Terreno de juego: Muy bien

ESPANYOL: (13) Kiko Casilla, (23) Arbilla, (22) Alvaro, (15) Héctor Moreno, (18) Fuentes, (17) Lucas Vázquez, (10) Abraham, (14) Cañas, (6) Salva Sevilla, (9) Sergio García y (20) Caicedo. Cambios: (8) Stuani por Caicedo en el 63', (5) Víctor Alvarez por Sevilla en el 66' y (4) Víctor Sánchez por Abraham en el 79'.

CÓRDOBA CF: (13) Saizar, (33) Campabadal, (2) Pantic, (3) Crespo, (35) Fede Vico, (21) Krhin,, (7) Rossi, (9) Héldon Ramos, (10) Fede Cartabia, (18) Borja García y (28) Florin Andone. Cambios: (24) Bebé por Héldon Ramos en el 46' y (20) Zuculini por Rossi en el 61'.

EL GOL

1-0 (42') Abraham engancha un balón suelto al borde del área para lanzar un derechazo que hace inútil la estirada de Saizar.

EL ARBITRO

Del Cerro Grande (C. Madrileño). Amonestó a los blanquiazules Héctor Moreno (12'), Fuentes (19'), Cañas (60'), Víctor Sánchez (84') y Sergio García (86') y a los cordobesistas Pantic (55'), Florin Andone (76') y Borja García (86').

LA CRÓNICA

Al Córdoba se le acumula todo. Un técnico probando continuamente, una plantilla que marca picos y simas según el nombre que pronuncies, semanas de marejadilla ante salidas extemporáneas con castigo doble por parte de ese mismo técnico, desapariciones futbolísticas que provocan la depresión ante tal aridez y pequeños brillos que --así es esto del fútbol y del Córdoba-- provocan incluso una pequeña ilusión. Sí, incluso sumando la sexta derrota consecutiva y con 18 puntos en el bolsillo, el equivalente a seis triunfos nada más. Esto es así, para bien y, como toca ahora, para mal. Y en ese batiburrillo en el que se ha convertido la caseta blanquiverde, claro, da para 45 minutos de ausencia (por tanto miedo como falta de ideas) y para otros 45 que, con todos los asteriscos y notas a pie de página (que los hay), dejan el poso de que es posible que sí, que si el mecánico une el chasis de este modelo, con las ruedas de aquel, aprovecha la carrocería de ese otro y hace un rectificado del motor que estaba arrumbiado... Pues igual anda y hasta sirve. Porque a eso se tiene que agarrar el cordobesismo: no se llegó ni tan siquiera a ser el 600 de la Liga, por lo que toca recomponer, hacer inventario, montar lo que hay y... Ojalá el mecánico tenga su día y no solo logre montar algo parecido a un coche, sino que además carbure.

Djukic se decantó en esta ocasión en Cornellá-El Prat por un 1-4-4-2, con Fede Vico como lateral zurdo, con Héldon Ramos a la derecha y con Borja García a la izquierda, aunque el madrileño en ataque se metía por dentro, algo inútil, ya que la primera subida de Fede Vico fue en el minuto 45 y para lanzar un centro al segundo anfiteatro. El Córdoba se sostuvo en Krhin --medio equipo ayer-- y en Crespo, principalmente, para intentar evitar lo inevitable, ya que el plan era resistir y punto. Intentó tapar cualquier acometida o idea de cambio de ritmo del Espanyol y en ataque (por decir algo) lo dejó todo al balón parado, la batalla de Florin Andone y a cazar alguna segunda jugada. No logró esto último, aunque tampoco importaba, ya que cualquier mínima incursión, aunque fuera de rebote, en el campo espanyolista hacía saltar todas las preguntas a los de ayer de negro con franja blanquiverde: ¿a quién paso? ¿Qué hago con el balón? ¿Dónde está (ponga aquí cualquier nombre)? Una desesperante ausencia de plan. Así que a defender.

Y le valió al Córdoba casi la primera media hora. Pero al partido mágico (ya saben, nada por aquí, nada por allá) le sucedió el descubrimiento local: Fede Vico no era lateral y a fe que aprovecharon los de Sergio la ventaja ofrecida por Djukic. Lucas Vázquez, Arbilla y hasta Abraham entraron en el último cuarto de hora como perico por su casa. Está bien el invento del canterano (aunque sea del Anderletch) siempre y cuando haya profundidad en la otra banda y el mediocampo blanquiverde obligue a la ausencia de ayudas defensivas del rival. No ocurrió y Lucas Vázquez fue un demonio para los cordobesistas.

Ya a los 15 minutos una incorporación de Arbilla que terminó en saque de esquina y éste en un cabezazo de Abraham que salió rozando el larguero hacía intuir por dónde se iba a volcar el Espanyol. Pero los de Sergio despertaron en el último cuarto ante la ausencia de propuesta del rival y la debilidad de éste por una banda. Ahí empezó a desequilibrarse el Córdoba que, sin embargo, vio cómo encajaba el gol de la derrota con una jugada iniciada desde el otro flanco, con un centro de Salva Sevilla que despejaba la zaga visitante y que enganchaba Abraham desde la frontal con un derechazo que era imposible de parar. El primer tiempo finalizó con una buena parada de Casilla a disparo de Cartabia, cómo no, de falta directa. El Córdoba se iba al vestuario con un justo castigo a su cicatería, miedo y ausencia de ideas y propuestas.

Tras el descanso, un partido muy diferente. El Espanyol se echó atrás para intentar cazar a la contra a un rival que se había mostrado muy cortito. Y el Córdoba lo aprovechó lo cual no solo es noticia, sino que no quita mérito. Djukic dio entrada a Bebé por un desaparecido Héldon y el invento de Vico, ahora sí, funcionó. El runrún de la grada corroboró que las tornas habían cambiado y a la memoria venían muchos partidos, el último, el del triunfo del Almería en El Arcángel. El conjunto blanquiverde se había lavado la cara y empezó a acumular no solo llegadas, también ocasiones. A una opción de Andone respondían los locales a la contra con Caicedo y, seguidamente, otra de Bebé, bastante clara, que obligó a intervenir a Casilla por segunda vez en todo el partido (min. 52). Mientras Fede Vico sumaba su cuarta subida consectuvia en apenas 10 minutos, otra contra de los locales finalizaba con un remate cruzado de Fuentes.

El Córdoba estaba resuelto a, como mínimo, empatar el duelo y sumaba remates a cargo de Bebé, de Florin, de Krhim de cabeza a la salida de un córner y hasta dos aún más claras seguidas: Bebé disparaba con todo a favor para que un defensa rival despejara a córner y tras el saque de esquina, Crespo remataba de cabeza al larguero. Para desesperación visitante, de nuevo Bebé, solo ante Casilla y tras error de Alvaro aprovechado por Florin, lanzaba al cielo con todo a favor. La última, ya con el Córdoba exhausto, fue para el Espanyol. Otro contragolpe local terminaba con cinco jugadores blanquiazules con la única oposición de un defensa cordobesista, aunque tampoco pudieron los locales rematar a los blanquiverdes en el descuento.

Del Cerro decretaba el final con varios pupilos de Djukic sobre el terreno de juego de rodillas o tirados tras hacer méritos sobrados durante 45 minutos para llevarse, si no el partido, al menos un punto. Y al igual que contra el Almería, aunque de forma totalmente opuesta, el Córdoba volvía a caer derrotado tras tirar por su incapacidad para hacer un encuentro completo. Malditos medios partidos.