La última comparecencia de José Antonio Romero como entrenador del Córdoba fue la más breve de todas. Poco se podía añadir a lo visto en el terreno de juego de Ipurúa y en general a los últimos meses de competición de su equipo. "Nos vamos con una desolación colectiva por la derrota. Hemos empezado muy mal defensivamente. La primera parte nuestra ha sido lamentable, muy mala, luego en la segunda ha sido mejor", señaló el técnico, en un tono crítico que apenas ha dejado relucir en sus manifestaciones. "Defensivamente hemos estado mal, muy blandos. Me voy muy decepcionado", insistió.

También se mostraba decepcionado el entrenador del Eibar, Gaizka Garitano, que anunció tras el partido que dejaba el banquillo armero "no cumplir el objetivo" de la permanencia. "Se acaba un ciclo, un entrenador que desciende no tiene potestad para seguir. Hay que dar las gracias por el respeto a la afición y a los periodistas. Empieza un nuevo ciclo, un entrenador que baja no puede continuar. Tenía mucha ilusión, pero no he cumplido el objetivo de seguir en Primera División, y al no cumplir el objetivo creo que no debo de seguir en el Eibar", subrayó.

Garitano calificó el descenso como "muy cruel, por la forma que se ha producido". "No parece normal que le metan al Barcelona dos goles en su campo cuando va ganando 2-0. Ha sido un descenso muy cruel".