El Córdoba ha iniciado la temporada 2017/18 en crisis, situado en puestos de descenso tras siete jornadas ligueras. Las cinco derrotas cosechadas, junto a las dos pírricas victorias han convertido al de Carrión en el Córdoba más goleado en los últimos 60 años y el segundo con las peores cifras en ese apartado en la historia blanquiverde. Muchos aficionados esperan que llegue una reacción del equipo para que, al menos, se sufra lo menos posible y no se repita lo de la pasada campaña, en la que el conjunto cordobesista logró la permanencia en la penúltima jornada liguera. De hecho, desde la planta noble del club se pone como ejemplo al Getafe de la pasada temporada, que estaba penúltimo en la tabla clasificatoria y terminó ascendiendo a través del play-off después de finalizar la Liga regular en el tercer puesto de la clasificación. Ese argumento que lanzan los máximos responsables de la entidad blanquiverde de puertas para adentro tiene, sin embargo varios inconvenientes: si tomamos los últimos cinco clasificados en la jornada 7 (los cuatro en descenso y el último que cierra la salvación) desde la temporada 2008/09, el equipo de Bordalás ha sido el único de los 50 que ha logrado esa hazaña.

Porque en el 84% de los casos (42 equipos de 50) la situación actual del Córdoba, mirando los precedentes de las últimas 10 campañas, condena a pelear por la salvación prácticamente hasta la última jornada. El resto, sólo un 16%, terminaron en la primera mitad de la tabla, incluyendo al Getafe. De hecho, de esos 42 equipos, 17 terminaron cayendo a Segunda División B, lo que arroja un 40,5% de opciones de descender a la categoría de bronce del fútbol español. Si se tomara el total, es decir, los 50 equipos que estaban entre los cinco últimos en las 10 últimas campañas, las posibilidades de descenso se sitúan en el 34%.

Los ocho equipos que terminaron en la primera mitad de la tabla fueron, además del Getafe y el Valladolid (séptimo) de la pasada temporada, el Mirandés (8º) de la 2014/15, el Sporting (10º) de la 2012/13, el Elche (6º) de la 2009/10, última en la que no hubo play-off, también el Villarreal B de esa misma temporada, que finalizó en séptima posición; el Salamanca (7º) de la 2007/08 y Las Palmas (8º) de esa misma campaña y, como se ha referido, sólo uno logró entrar en eliminatorias de ascenso e incluso llegar a Primera: el Getafe.

Además de ese 2% que representa aquella excepción, hay que analizar cómo se produjo. Para empezar, los azulones llegaban recién descendidos de Primera, por lo que tenían de límite salarial deportivo una cantidad cercana a los 13 millones de euros, más del doble de lo que dispone en la actualidad el Córdoba. Tras jugarse la jornada 7, Ángel Torres destituyó a Juan Eduardo Esnáider un 25 de septiembre al caer en casa ante el Girona y dejar al equipo penúltimo en la tabla, nombrando a José Bordalás como su sustituto. A mediados de diciembre, cuando se llegó al parón invernal, el Getafe era tercero en la tabla a dos puntos del ascenso directo y con cuatro de ventaja sobre el séptimo clasificado. A pesar de tener un plantel con jugadores como Dani Pacheco, Álvaro Jiménez, Jorge Molina, Portillo, Lacen, Molinero o Alberto García, el Getafe se reforzó con tres fichajes en el mercado invernal de los que dos llegaron antes del 31 de diciembre: Chuli, Sergio Mora (jugador fundamental para Bordalás) y Carlos Peña.

Por contra, 17 equipos terminaron descendiendo cuando se situaban entre los cinco últimos en la séptima jornada: la Llagostera y el Bilbao Athletic de la 2015/16, el Hércules, el Jaén y el Castilla de la 2013/14, el Xerez y el Guadalajara de la 2012/13, el Alcoyano, el Cartagena y el Nástic de la 2011/12, la Ponferradina y el Tenerife de la 2010/11, el Murcia y el Castellón de la 2009/10, el Sevilla Atlético y el Alicante de la 2008/09 y el Poli Ejido de la temporada 2007/08.

Por lo tanto, y tomando como referencia las 10 últimas temporadas, el Córdoba tiene un 2% de posibilidades de ascender a Primera o jugar el play-off, un 16% de opciones de terminar la Liga entre los 10 primeros clasificados, un 84% de posibilidades de estar peleando la salvación el resto de la temporada y entre un 34 y un 40,5% de posibilidades de terminar descendiendo a Segunda División B.

Por ahora, el club se agarra a esa excepción firmada por Bordalás y un plantel de mucho nivel para Segunda, pero la afición parece estar hecha a la realidad. Tras disputarse solamente siete jornadas de Liga y con su equipo en puestos de descenso.