-En el primer partido, en El Arcángel, imagino que vio cosas que no le gustarían y otras que sí, como la primera hora del equipo, algo más serio.

-Estoy contento de eso. No podemos salir de abajo saltando y saliendo del hoyo. Creo que hay que empezar a gatear poco a poco. Creo que la primera fase del partido del otro día nos dio confianza para decir que somos un equipo que podemos jugar juntos y equilibrados. Arriba tenemos dinamita, velocidad, tenemos gol y el segundo jugador con más goles de la categoría. Tenemos que hacer que los partidos maduren y sean largos. No podemos tirarnos al vacío e intentar salir a jugar, a que el equipo contrario nos haga mucho daño dejando espacios atrás. Creo que el equipo tiene que juntarse, no sufrir en acciones dentro del área, que era mi meta y que era mi objetivo el otro día, que el equipo no sufriera dentro del área en el primer tiempo, y tener las dos o tres ocasiones de calidad que tuvimos, como la de Jovanovic ante el portero y la que metimos. Creo que llevar el partido a esos derroteros es la manera en la que el equipo irá cogiendo confianza. A partir de ahí, los partidos son de momentos, como nos pasó. Si somos capaces de dominar esos momentos, madurar esos minutos, creo que el equipo está mentalizado en que puede sacar esto adelante, no va a bajar los brazos.

-¿Cree que deben entender todos, aparte del equipo, que el equipo debe jugar más fuerte atrás?

-Soy una persona que en el fútbol me gusta aprender de todo el mundo. Ha habido momentos en la historia del fútbol en los que se ha alabado mucho el fútbol jugón de Pep Guardiola o el de Johann Cruyff, pero es que ahora se está alabando mucho el juego del Cholo Simeone, un juego más posicional, más solidario. Creo que todo vale. Lo que tenemos que intentar ahora es que los jugadores no entren en psicosis, que no hagan 50 minutos muy buenos y 40 que seamos capaces de tirar todo por la borda. Creo que hay que llevar al jugador por fases de partido, hacerle que vaya ganando confianza sin atarle, sin quitarle lo mejor que tienen ellos, que son jugadores que tienen balón, velocidad, definición, como Guardiola, pero creo que no nos tenemos que precipitar ni sacar pecho diciendo que tenemos que jugar de esta manera, no. Creo que el juego bonito es ganar tres puntos, y más ahora, estando en estas circunstancias que estamos. Y tenemos que llevar al jugador a que su autoestima crezca a base de puntos. Si somos capaces de aumentar la autoestima del jugador a base de puntos, creo que el jugador se soltará y jugará de otra manera. Y más, con la afición, por esas 20.000 personas que vienen al campo que nos dan eso, sentido de pertenencia al club. Y es lo que nosotros intentamos transmitir. Poco a poco vamos a ir consiguiéndolo, porque durante la semana han trabajado muy bien. Lo que sí es verdad es que tenemos un margen de error muy pequeño y hay que jugar así. En la vida hay que jugar al límite.

-¿Cuáles son las cuentas que hace usted en ese margen tan pequeño?

-Desde que llegué marqué bloques de cinco partidos y, en cada cinco partidos, restar tres puntos a los de arriba, para llegar a los nueve puntos que nos hacían falta. Ahora hay que seguir con esos bloques de cinco partidos. Hemos sumado tres, pues hay que restar seis. No podemos ir partido a partido porque no podemos. Hay que englobar un poquito por si ese margen de error, por si pierdes algún día, que el jugador no baje moralmente, que vea que todavía se puede conseguir. Pero nuestra meta, lo hemos hablado en el vestuario, es llevar al equipo a que esté, a falta de cinco jornadas, a cinco o seis puntos de poder salvarnos. Creo que jugando el último partido en casa y con algún enfrentamiento directo, si llevamos al equipo a cinco o seis puntos a cinco partidos del final tenemos posibilidades de hacerlo. Y soy de los que piensan que, mientras haya margen de maniobra, hay que dejarse la vida. La persona que se me siente al lado que sea tóxica, que me diga que está muy lejos, que no se puede conseguir, prefiero que pegue un pase hacia otro lado y que no me lo diga. Porque lo que necesitamos ahora mismo es positividad, no negatividad a la hora de afrontar estos partidos tan importantes.

-¿No parece que hay dicotomía entre ese mensaje de positividad, con el estadio casi lleno tres partidos además, y el equipo, que parece estar muy dañado en el aspecto mental?

-Es que no es fácil. Cuando un equipo pierde tantos partidos en una categoría, el jugador cree que no es capaz de conseguirlo. Y viene de un entorno un poco difícil, de todo mal, de algo de crispación... Bueno, creo que ahora este aire fresco viene bien a todo el mundo. La lástima es que sólo se contabilicen los goles que mete el equipo y los puntos que consiga. Pero creo que estamos en un momento en el que el club está creciendo, está encontrándose con la afición, con la ciudad y creo que todo eso, a la larga, si nos penalizan los resultados, hay que valorarlo. Al final hay que resurgir de las cenizas. Y creo que ahora se está viendo que es posible. Con esta ola de que todo está un poquito mejor, todo juntito y que todos creemos que puede ser es mucho mejor. Cuando empiezas a ponerte obstáculos y tienes que estar saltando, en alguno te vas a caer. El margen de maniobra es corto, pero la gente que preside el club no baja los brazos en ningún momento. Está pensando siempre en una cosa diferente para mejorar y eso, a nosotros, los que estamos trabajando dentro, es lo único que nos está animando a pensar que esto se va a poder conseguir. Y sobre todo con la gente que está detrás.

-Hablando de los que mandan. ¿Qué le parece el presidente?

-Le he conocido hace poco y me parece una persona atípica en el mundo del fútbol. Digo atípica por lo bien que creo que está aportando al club, a la Liga de Fútbol Profesional y al fútbol. Está anteponiendo cosas que en otros sitios no se anteponen, que es la afición. Está dando protagonismo a la gente que realmente lo siente, porque los entrenadores y los jugadores, al final nos vamos, somos trabajadores, pero los que se quedan son los aficionados. Y está anteponiendo la afición a todo eso. Está intentando darle al entrenador, a los jugadores y a todo el que trabaja aquí medios para que transmitan que lo más importante es el aficionado. Creo que desde que ha llegado inventamos cada día una cosa o fortalecemos otra. Y creo que esto no va a ser solamente presente, creo que va a ser un futuro que, con el tiempo -no sé si estaré mucho tiempo aquí-, se va a ver un Córdoba con unos cimientos fuertes y una base para conseguir estar en el sitio que se merece esta ciudad: un sitio en la élite. Pero no estar, bajar e irte. No. Estar y asentarse. Y yo creo que los proyectos han de hacerse para asentarse, no sólo para subir. Se deben hacer para asentarse y dar calidad al estadio, al aficionado, a la ciudad y a toda la gente que pertenezca al Córdoba. Que se sientan orgullosos de pertenecer al Córdoba. Y la figura de Jesús León, día tras día que hablo con él -lo hago cinco o seis veces al día- es lo que me transmite. Te puedo asegurar que es una persona que tiene una ilusión tremenda. Y cuando tú ves a la persona que más cargo tiene en el club con esa ilusión, sólo te falta a ti transmitir ilusión también. Y si eso continúa así, al final se va a conseguir el objetivo.

-Bajemos de nuevo al césped. En el objetivo de dar más equilibrio defensivo al equipo, ¿le preocupan especialmente los laterales?

-Es que eso es lo que nosotros estamos intentando. Intentamos el otro día buscar un pivote defensivo que, a priori, no se ha encontrado todavía, por lo que es un central por delante de la defensa para que las coberturas a la hora de jugar ofensivamente se vieran más claras y tuvieran mentalidad defensiva. Y lo que estamos haciendo en este periodo tan corto que llevamos es adaptarnos a lo que tenemos. La capacidad de adaptación es síntoma de inteligencia. Si los jugadores se adaptan a lo que les pedimos... A mí lo que no me gustaría es desnaturalizar posiciones de jugadores, pero es que ahora no queda más remedio que adaptarse a lo que tenemos. Yo, con el tiempo, tengo que estar convenciendo a los jugadores que están en esos puestos lo que tienen que hacer. Pero es un periodo tan corto que no ha dado tiempo a ayudarles. ¿Qué hacemos con esto? Pues intentar que el equipo esté más junto, que los jugadores ofensivos de banda sepan cómo trabajar defensivamente para que su compañero no sufra tanto y hacer parejas de trabajo. El otro día, Jovanovic estuvo sensacional en la primera parte, porque le hizo un trabajo fundamental a Fernández y desapareció Machís. ¿Qué pasó? Pues que hubo dos ocasiones claras que si las dos se meten, eso se computa más el trabajo defensivo. Si somos capaces de que eso perdure y sea a lo largo de 90 minutos y no 70 minutos como nos pasó con Jovanovic (que en la fase defensiva le perdimos un poco y ahí sufría más nuestra zona defensiva), si logramos eso, con todos podemos llevar a Javi Galán a su puesto natural, llevar a Javi Lara a su puesto natural o que Sergi Guardiola no sea el jugador que más kilómetros recorra del equipo. Siendo delantero es atípico eso, porque un delantero tiene que recorrer los kilómetros adecuados, para estar fresco y estar dentro del área y ejecutar lo que tiene que hacer... Si intercambiamos todos esos datos que hemos obtenido, podemos conseguir un equipo que no se eche tanto en falta como se ha echado tanto en falta defensivamente por laterales o por centrales.

-Un nombre propio. José Antonio Reyes y la condición en la que llega. ¿Cuál puede ser su papel en este equipo?

-Nosotros tenemos que ser inteligentes y saber que José Antonio Reyes ha llegado aquí porque también hacía falta, aparte del juego que nos va a ofrecer si somos capaces de adaptarnos a la situación que ha tenido. José Antonio Reyes es un jugador que no hace falta hablar más: es el jugador que más Europa Leagues tiene, jugador determinante, desequilibrante, que ve el fútbol de una manera diferente, jugador cuyo último pase va a ser determinante para nosotros y, sobre todo, como el club lo afrontó, con un golpe de inyección moral, para que la gente creyera, con un nombre importante como el suyo. Estamos dando al club ese estatus, pero también hay que jugar con la realidad. José Antonio no ha jugado nunca en Segunda División. Por su virtud ha sido siempre jugador estrella, top, ha jugado siempre en Primera División. Tenemos que intentar adaptarle. Estoy hablando mucho con él y debe llegar al estado de forma ideal para que sus minutos sean de calidad, que se divierta, que se lo pase pipa y que al equipo le ayude. Mientras, él es el primero que se está mentalizando de que debe ir poco a poco entrando en el grupo, y que tanto dentro como fuera del campo le necesitamos. Si él acepta ese rol, será importantísimo para nosotros. Ahora, es difícil. Cuando has comido jamón de bellota y luego te ponen jamón serrano es difícil adaptarte. Pero yo me como un bocadillo de jamón de recebo y me sabe a gloria dependiendo de la situación en la que me lo coma. Entonces, lo que sí que intento es que tanto José Antonio como Aythami, Narváez, jugadores de Primera, nos mentalicemos de que estamos en Segunda División y de que nos estamos jugando la vida. Y que por encima de todo está el club. Y la afición. Por encima de Sandoval, de Aythami, de José Antonio Reyes, por encima de cualquier persona. Porque eso es lo que me han hecho llegar a mí tanto Jesús León como Luis Oliver. Entonces me han traído el material y yo debo buscar el mejor rendimiento de cada uno de ellos, pero el equipo, por encima de lo individual. Eso lo tengo más claro que el agua. Además, si no hubiera sido así, yo no hubiera venido aquí. He venido aquí por vosotros, porque he visto la plantilla y sois los que me habéis invitado a venir. Si yo veo la plantilla y creo que no soy capaz de que con esta plantilla salir de ahí abajo, digo no, lo siento. Pero me habéis invitado a venir. Vamos a dejarnos llevar y que fluya. Creo que con José Antonio tiene que ser así. José Antonio, que es una persona muy inteligente, me está demostrando en cada entrenamiento que es así, que las cosas tienen que fluir por su propio peso y luego, que el que se equivoque sea yo a la hora de poner un jugador o a otro.

-Hablando de jamón: alguien dijo que el fútbol no es el deporte nacional en España, que es el tapeo. ¿Sabe quién?

-No, ¿quién fue?.

-Un tal Mario.

-Mario Sandoval, mi hermano. (Ríe). Tiene razón. El deporte nacional es el tapeo. Lo más importante en la vida es la armonía y el tapeo es eso. La aparcería. He pasado mucho tiempo en Pozoblanco con mi mujer. En Madrid tomamos el vermú, pero no tiene nada que ver. La aparcería es encontrarte a un amigo, llevártelo a un bar, a otro, y pasarte el día tomándote una cerveza, un pincho y, al final, uno vive por eso, por esos momentos. La aparcería se puede alargar hasta las ocho de la tarde, mientras que con el vermú llegan las dos y te vas a tu casa a comer. Creo que a mí lo que me enganchó y enamoró de Córdoba es eso. Para mí es un pasito hacia adelante, por el sentido de pertenencia que tengo a mi familia, a la familia de mi mujer. En otras circunstancias, en otro club, no hubiese aceptado. Pero en Córdoba sí. Mi vida es arriesgar, llegar al límite, si no, no sé vivir. Y hacerlo con los míos, con los que me quieren de verdad, que vengan aquí al partido, que piensan casi igual que yo, porque me dicen que soy más de Pozoblanco que mi mujer. Aquí llegas y tocan las palmas enseguida y en otros sitios les cuesta arrancar. Y sé que con poquito nos van a tocar las palmas.

-¿Pero tocarán las palmas al final?

-Sí, sí. Yo creo que sí. Además, me ha dado por pensar esta semana que estos sufrimientos que estamos pasando es porque el final va a ser mucho más bonito. Y que lo vamos a conseguir. Yo ya lo viví en Granada y creo que va a ser más satisfactorio que de la otra manera. Y cuando pasa una cosa mala es porque después viene una buena. La vida es cíclica, momentos. El Córdoba está en un momento y espero que pronto llegue el bueno, porque las personas que están en el Córdoba, ahora, están poniendo todo para que llegue.