El brillo en Albacete se lo llevó Javi Lara, pero posiblemente uno de los hombres más importantes en el esquema de Luis Miguel Carrión sea Eduardo Ramos Gómez. El centrocampista de Churriana anotó el séptimo gol en su carrera como futbolista y el tercero desde que debutó en Segunda División. El primero lo anotó cuando militaba en la categoría de plata en el Villarreal B, en un duelo de los amarillos contra el Alcoyano celebrado en Miralcamp. Entró en el campo en el minuto 16 sustituyendo a un exblanquiverde, Kiko Olivas, cuando el marcador reflejaba un 0-2. El hoy jugador del Córdoba anotó el tanto del empate a dos en un encuentro que finalizó ganando el equipo entrenado entonces por Julio Velázquez por 4-3, después de la expulsión de otro ex, Morcillo, y hasta del portero alcoyano.

El otro tanto lo hizo el churrianero hace dos años y cuatro días, en la jornada inaugural de la 2015/16, con el Albacete. Jugaban los manchegos en el Nou Estadi de Tarragona y el gol de Edu Ramos fue muy parecido al anotado en el Carlos Belmonte. Significó el 0-1 y también fue a la salida de un córner, tras el que esperaba al borde del área para enchufar un derechazo que se coló en la meta de Reina. Con el partido encarrilado, los de Sampedro se dejaron empatar al encajar dos goles en los últimos tres minutos de partido. En aquel Albacete, por cierto, militaban también Antoñito (hoy en el Valladolid) y Jona, que fue sustituido a 15 del final y no consiguió anotar.

Tenía entonces el centrocampista blanquiverde 23 años y ya había tenido una experiencia inusual a esa edad. Con tan sólo 17 años fue el debutante más joven en el Málaga en Primera División, entrenado entonces por López Muñiz. En la temporada siguiente, aún con Jesualdo Ferreira en el banquillo llegó a disfrutar de su primera titularidad con el equipo de su tierra, nada menos que contra el Real Madrid. Sin embargo, la llegada de Manuel Pellegrini traería malas noticias para el centrocampista. Llegado el verano, el Málaga iba a dar un salto en el talonario, con la llegada de hombres como Cazorla, Isco, Toulalan o Kameni. Edu Ramos emigró al filial del Villarreal, previo paso por el Leganés (Segunda B) en forma de cesión. Su llegada al club amarillo significó un notable cambio, entre otras cosas porque a sus 18 años iba a ser padre.

Tras 75 partidos en el filial castellonense le llegó la oportunidad de debutar en el primer equipo. Se estrenó de nuevo contra un grande, en el Camp Nou contra el FC Barcelona. Cuando dejó el campo en el minuto 63 para dar paso a Uche, los de Marcelino empataban a un gol, aunque terminarían cayendo con un tanto de Neymar. Sus otras dos titularidades con el primero equipo las disfrutó en casa, con un triunfo contra el Osasuna, y de nuevo ante el Real Madrid, en el Bernabéu, cayendo por 4-2.

Con 22 años agotó su ciclo en Villarreal y recaló en el Albacete en el verano del 2014, en donde logró una permanencia tranquila en la primera campaña y un descenso en la segunda que le llevó, directamente, a firmar por el Córdoba.

Con sólo 24 años logró quitarle paulatinamente el puesto a Luso Delgado la pasada temporada, sobre todo tras la llegada al banquillo de Carrión, al que el tiempo va dando la razón de forma progresiva. El churrianero ha ido ganando en consistencia y da a su equipo el equilibrio necesario para que hombres como Javi Lara puedan mirar más hacia adelante, mientras que defensivamente su aporte es indiscutible. Si el esquema del catalán se impone está claro que uno de los hombres que brillarán, siempre en segundo plano, será Edu Ramos que, paso a paso, va dando consistencia a su equipo.