Es la fecha señalada en el calendario. La jornada clave. El partidazo . El Real Madrid visita a un Córdoba de Primera, con todas sus estrellas. El día acompaña. Sol y buena temperatura.

A falta de cuatro horas para que comience a rodar el esférico, los aficionados visitantes se dejan ver por los aledaños de la Mezquita. Le cuesta caro el viaje, sobre todo, la entrada. En los alrededores de El Arcángel ya hay coches aparcados. Esa zona es claramente cordobesista.

Los madridistas tienen una cita privada en el Parador de la Arruzafa. Ahí llega el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que se da el primer baño de multitudes con más de setenta peñas blancas de Córdoba. "Es un honor comprobar cómo se ha volcado toda la provincia", dice el mandatario. Florentino se fotografía con los aficionados en un acto en el que estuvo acompañado por el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, entre otros miembros de la entidad.

Después se citan las dos directivas en El Churrasco en otro acto privado para la tradicional comida de previa, un acto al que no suele acudir el presidente del Córdoba, Carlos González, que sí va a en esta ocasión.

Recibimientos

A un paseo de allí ya hay gente agolpada en las cocheras para el recibimiento de los equipos. La mayoría son del Córdoba, pero el que llama la atención es el equipo visitante, con todos sus astros. Cuando aparecen se desata la locura en El Arenal. No hay ni firmas ni autógrafos. Caras de concentración y directamente a los vestuarios. Apenas han hecho mutis por el foro cuando comienzan a entonarse los cánticos cordobesistas.

Cuando el bus del Madrid está echando para atrás, aparece la expedición cordobesista. Muchos aficionados se quedan sin ver a los jugadores blanquiverdes porque los tapa el autobés del Real Madrid. En cualquier ca

so, el objetivo de dar apoyo a los jugadores se consigue. Es, con mucha diferencia el mayor recibimiento que le ha hecho la afición al Córdoba en lo que va de temporada.

Previas

La ciudad está volcada con el encuentro y saca a relucir los colores. La blanquiverde ondea a los cuatro vientos y sirve de reclamo. Los bares de los alrededores de El Arcángel son los que más se benefician con la llegada del equipo blanco. Están a reventar en unas previas un tanto inusuales, sin tiempo para la digestión, ni para la sobremesa. Apenas unas cervezas y hay que irse para el estadio, que abre sus puertas a las 13.00.

En los acceso se negocian las condiciones de la reventa con más o menos disimulo. Y, finalmente, la afición hace caso a las recomendaciones del club y van ocupando su localidad. No hay grandes colas para entrar como en otros partidos con mucha menos asistencia.