El principal problema de aquella tarde en la que el Córdoba ascendió en el Gran Canaria vino provocado por la apertura de puertas antes de la finalización del encuentro. De hecho es una 'norma' que se ha cumplido en el estadio canario habitualmente y que ya ocurrió con el último ascenso de los amarillos a Segunda. Esa costumbre u orden dada se le volvió en contra a la UD Las Palmas. De hecho, su presidente bajó al terreno de juego para hablar con el árbitro, Vicandi Garrido, que amenazó con la suspensión. Los puñetazos de Ramírez al banquillo de su propio equipo señalaban que el encuentro se iba a interrumpir. Sin embargo, Vicandi decidió reanudarlo y llegó el ascenso.