La vista oral para el desahucio de la ciudad deportiva del Córdoba se ha celebrado hoy en la Ciudad de la Justicia y ha quedado visto para sentencia, que sera pública no antes del próximo mes y medio, según estimaciones de fuentes del proceso consultadas por este periódico. En la misma comparecieron por parte de Tremon su director general, Andrés Gilabert, mientras que por parte de la entidad blanquiverde lo hicieron su presidente, Alejandro González, y su director general, Andrés Delgado. Como dato curioso hay que señalar que el Córdoba citó, aunque finalmente no declararon, a Rafael Gómez Sánchez; a su yerno, el abogado Roque de Llano Iribarnegaray, y al mismo entrenador del conjunto blanquiverde, en la actualidad Jorge Romero Sáez.

Por un lado, Tremon solicita el desalojo de las instalaciones de Camino Carbonell, tras acreditar ser el dueño de los terrenos y no existir ningún contrato que vincule a la constructora con el Córdoba. Por el otro, el Córdoba continúa argumentando su vínculo con Rafael Gómez, aunque el magistrado, ya en mayo pasado, indicó a Tremon como el dueño de los terrenos sobre los que se asientan las instalaciones deportivas del club blanquiverde. La vista, que duró poco más de media hora, se resolvió de manera rápida y la sentencia que se ha de dictar no obstruye la posibilidad de entendimiento entre las partes para que el Córdoba continúe en las mismas.

De hecho, la primera reunión para negociar un pacto, de la que informó este periódico, se dio ayer en Córdoba, lo que implica un reconocimiento por parte del Córdoba a Tremon como dueño de las instalaciones. Fuentes de la constructora confirmaron que en las próximas semanas continuará habiendo reuniones para intentar llegar a un acuerdo de alquiler. Tremon, que entiende que el canon por los terrenos en Camino Carbonell debe ser mucho más alto teniendo en cuenta el valor de mercado, bajó el precio hasta los 100.000 euros anuales, mientras que la entidad blanquiverde se quedó en 70.000 euros. Además, la constructora pide que el club pague por adelantado el 2018 y abonar el 2017, además de fijar el compromiso por tres años, es decir, hasta el 2019. Por su parte, el Córdoba quiere prolongar el contrato hasta los cinco o seis años, como mínimo.