Tras tres años en Córdoba, en los que destacó por su compromiso con el club y su buena relación con una parte importante de la afición, Deivid afrontó este verano la marcha del club blanquiverde rumbo a Valladolid, en una salida que levantó una gran polvareda en el cordobesismo. El central canario no rehúye la cuestión cuando se le pregunta, aunque es obvio que quiere poner distancias con el tema y centrarse en su presente en tierras castellanas.

-Tu salida fue...inesperada, por definirla de alguna manera.

-Yo tampoco me la esperaba para nada, cuando el club me comunicó que no entraba en el perfil del nuevo proyecto, y que si quería podía buscarme equipo, eso es lo que hice. Tan fácil o tan difícil como eso, cuando me enteré me quedé sorprendido, pero la vida cambia de un día para otro y en este caso así fue. Un día estaba en Córdoba, al día siguiente estaba casándome, y de repente, al otro, en mi nuevo destino en Valladolid. Así fue un poco la película.

-¿Quién te comunica la decisión? ¿Álex Gómez? ¿Cándido?

-Yo me entero por ahí, y después de hacer un par de llamadas me llama Cándido y me lo dice. A partir de ahí, pues llamé a mi representante y le conté lo que había pasado. Se reactivaron todos los intereses que habíamos descartado durante el verano, y al final me decanté por la oferta del Valladolid.

-El Valladolid ha empezado muy fuerte la temporada.

-Hemos empezado muy bien la campaña, tenemos al máximo goleador (Jaime Mata) en nuestro equipo, y desde pretemporada dimos muy buena imagen. Tenemos ganas de agradar y hacer las cosas bien, para eso se ha puesto todo de parte del club, y los jugadores estamos en ello. Esto es tan largo y difícil que te da tiempo a pasar por todas las fases durante la temporada, desde estar muy bien a, de repente, perder dos partidos y verlo todo muy negro. Tenemos que tener tranquilidad y paciencia cuando lleguen los momentos malos.

-Eres titular y uno de los capitanes. ¿Estás contento, no?

-La verdad es que estoy muy feliz, estoy muy bien aquí por ahora, adaptado rápidamente a los compañeros y a la ciudad, así que muy contento. Además, prácticamente a las dos semanas de llegar, mis compañeros votaron que fuera uno de los capitanes del equipo. Que un club como el Valladolid apueste tan fuerte por mí, tener el apoyo del entrenador...Estoy intentando corresponder a toda esa confianza con mi juego y mi comportamiento tanto fuera como dentro del campo.

-¿El objetivo del Valladolid es el ascenso?

-Sí, el objetivo claramente es ascender, y en eso estamos. Sabemos que tenemos una plantilla amplia, con dos o tres jugadores por puesto, y es muy difícil jugar. Eso hace que la competencia sea alta y que el equipo esté enchufado. Se ha demostrado en Copa, donde estamos jugando con un once totalmente diferente al de Liga, con el banquillo casi entero diferente, y el equipo está compitiendo también. Pero estamos en septiembre, imagina todo lo que queda. Para eso vine, para ascender y para jugar en Primera, pero de momento vamos a intentar ganarle al Córdoba primero.

-¿Cómo afrontas el enfrentarte al Córdoba?

-La verdad es que será raro jugar contra el Córdoba, ver en el banquillo contrario a tanta gente con la que he trabajado durante tantos años, ver a Pepillo en el lado contrario, ver al escudo del Córdoba enfrente se me hará raro, pero al final esto es así, el fútbol va cambiando, los jugadores vamos y venimos, e intentaremos ganar y a partir de ahí, que le vaya lo mejor posible al Córdoba.

-El Córdoba llega con el puesto de Carrión en entredicho.

-Al final la Segunda es tan igualada que el Córdoba viene aquí, le da por ganar y luego vence en casa, y fíjate cómo cambia la película. En esta categoría todo cambia de una semana para otra, la semana pasada nosotros íbamos empatados con el líder, perdimos luego en Huesca y casi nos quedamos fuera del play-off. No me gustaría que echaran a Carrión porque le tengo mucho cariño y una muy buena relación con él desde que llegué. Cuando llegué al Córdoba, Carrión ya estaba en el cuerpo técnico del primer equipo, luego se quedó en el filial y nos veíamos todos los días en la ciudad deportiva, hablábamos mucho de fútbol. Luego tuve la suerte de tenerlo como entrenador, y siempre, siempre, tuve una buena relación con él. A la gente que le tienes cariño y aprecio no te gusta que le vayan las cosas mal.

-¿Cómo es el estilo del Valladolid?

-Nos gusta ser protagonistas con el balón, saliendo desde el portero con la bola jugada, pero tampoco es el típico tiqui-taca, sino que intentamos ser lo más vertical posible, intentando llegar a la portería contraria por fuera y coger las espaldas al equipo rival. Pero siempre con la posesión, apretando arriba y robando lo más rápido posible para tener el balón nosotros.

-¿Quieres dejar un mensaje a la afición cordobesista?

-Yo ya mensajes pocos, evidentemente soy un aficionado más cuando voy a Córdoba, menos esta semana que evidentemente quiero que pierda. Simplemente darle las gracias, porque estos tres años se han portado muy bien conmigo, siempre me he sentido muy querido en Córdoba.