El Córdoba empezó la Liga 2016/17, el pasado sábado, de la misma manera en que lo hizo la anterior: con triunfo en casa por la mínima. Obviamente, la ilusión se disparó, aunque cayó rápidamente ante las derrotas de las dos semanas siguientes, en Butarque ante el Leganés y en El Arcángel ante el Alcorcón, lo que provocó algunos nervios en el seno de la entidad blanquiverde. El cambio de guión del equipo trajo el tranquilizador triunfo en La Romareda que encabezaba una racha de cinco triunfos consecutivos y un empate, que se quebró en Vitoria, con una derrota por 3-2 ante el Alavés. En esa racha, se empató en Pamplona y se ganó, además de al Zaragoza, al Bilbao Athletic, al Lugo y al Numancia. Luego, se ganó en casa al Nástic y se perdió de forma lamentable en Albacete para empatar luego ante el Huesca en casa y en Tenerife, este último con no pocas dosis de suerte. Con una puntuación baja, en todo caso, los blanquiverdes se encontraban en puestos de ascenso directo al paso del primer tercio de competición, puesto que refrendaron con los tres triunfos y una derrota (en el último partido del 2015, en Elche) con los que se fueron al parón invernal. Tras él, ya se sabe lo que ocurrió: las dudas físicas que transmitía el equipo (de las que no se ha desprendido) trajo aquella racha de seis derrotas consecutivas en El Arcángel, en donde se consiguió un solo punto de 21 disputados.

Pero centrándonos tan sólo en ese primer tercio de competición, y ya que este Córdoba ha empezado recordando en tantas cosas a aquél --incluyendo ese triunfo inaugural-- hay que ver lo que le espera en las jornadas inmediatas al equipo de Oltra. Por lo pronto, la próxima jornada ha de visitar a un recién ascendido que, además, dio una pobre imagen ayer en La Romareda: el UCAM Murcia. Un duelo que se presenta propicio para volver a sumar tres puntos. Luego, ha de recibir al Lugo, que vuelve a partir con deseos que pelear las eliminatorias de ascenso. Luego, visita a un Huesca con más equipo que temporadas precedentes para entrar posteriormente en una fase complicada a priori. Debe recibir en El Arcángel al máximo favorito, el Levante, visitar Santo Domingo, recibir al Nástic de Tarragona y girar dos visitas consecutivas: a La Romareda y a Los Pajaritos. Tras ese pico, nueva sima competitiva para recibir al filial del Sevilla y visitar Elche, para pasar posteriormente a otro periodo de dificultad máxima con Valladolid (El Arcángel), Almería, Mallorca, Mirandés (en Anduva) y Getafe. Y, finalmente, diciembre, mes que le enfrantará al Reus, al Cádiz en El Arcángel, terminando el 2016 en el Carlos Tartiere.

La pasada temporada, el Córdoba finalizó el año igualado con el líder, Alavés, con 33 puntos y con seis de ventaja sobre el séptimo clasificado. Le tocará copiar lo bueno de entonces. Por lo que pueda pasar.