Han pasado sólo 366 días. El 9 de junio del año pasado el Girona se presentaba en El Arcángel para dirimir el primer encuentro de la eliminatoria de ascenso contra el Córdoba, que había finalizado quinto. De la convocatoria catalana de entonces (18 jugadores), 12 aún son rojiblancos y festejan el ascenso. Nueve de ellos eran entonces titulares. De la lista cordobesista sólo seis continúan, cinco de ellos fueron titulares.

Es la diferencia de unos y otros, el deseo real por llegar a Primera o, por el contrario, el brindis al sol. No llegó el Córdoba de la mejor manera. Entró en las eliminatorias de ascenso gracias a un mes de mayo magnífico que solventó una caída en picado del conjunto blanquiverde iniciada ya en enero. Pero si la planificación de la plantilla anduvo mal en verano y peor en invierno, el aspecto físico y mental de los blanquiverdes no ayudó. A pesar de la ausencia de Florin Andone, Xisco Jiménez dio un paso adelante y anotó los dos goles blanquiverdes en El Arcángel, en apenas 10 minutos. Como en el resto de la temporada, el rival fue creciendo paulatinamente, anotó un gol a balón parado y en la segunda parte pudo incluso hacer más daño.

En la vuelta, casi lo mismo. De nuevo Xisco Jiménez adelantó al Córdoba. Oltra decidió sentarlo cuando aún faltaban 20 minutos -quizás pensando ya en el Osasuna y la falta de Florin- y el Girona logró remontar, forzar la prórroga y abocar al Córdoba a su segundo fracaso consecutivo tras el descenso de categoría.

Y de todo aquello hace tan sólo un año y un día. Sí, parece una condena.