No hay una sola rueda de prensa en la que Luis Carrión no tenga que tragar saliva. Intenta aparentar tranquilidad y sosiego, pero la seriedad en cada una de sus respuestas significan si cabe más que sus propias palabras. En cada comparecencia el técnico debe lidiar con preguntas incómodas acerca de la calidad de una plantilla hecha para ascender y que está en puestos de descenso y sobre su continuidad. Ayer se añadió una nueva interrogante: el comportamiento de la afición, muy crítica durante todo el partido con la directiva.

«Voy a calificar lo que me toca, que es el tema deportivo. Hemos hecho mucho para conseguir más -comenzó el técnico, que no pudo pasar de soslayo ante el tema estrella-. Era difícil porque con el ambiente que había, para un jugador, cuesta. Hay que estar al lado de los jugadores, olvidarse de todo lo demás y alabar lo que han hecho, con fallos o no, que se hayan dejado la piel. No creo que seamos un equipo con desidia, no se le puede reprochar nada».

Carrión no se escondió a la hora de calificar el ambiente vivido ayer en El Arcángel. «No es bonito para el equipo ni para nadie. Respeto que la gente opine lo que sea, pero al final el problema es que perjudica al equipo. Hoy era muy difícil en esa situación tan tensa y el jugador ha dado la cara», apuntó. «No me gusta esta situación, pero yo que he sido aficionado, y egoístamente lo que intentaría es apoyar porque si no la situación va a ir a peor. A mí que me digan lo que quieran, pero los jugadores son un bien común», recordó el entrenador.

No se habló mucho sobre el partido. Tampoco quiso ampararse Carrión en el árbitro. «No toca hablar de eso». Aunque sí recalcó la importancia de quedarse con diez. «Y aún así el equipo juega, pero nos meten el gol y todo cambia; no es expulsión, pero no voy a hablar de eso», recalcó. «Otros días me he ido más disgustado --prosiguió--, incluso empatando, pero hoy hemos generado. No hemos estado acertados, pero algún día lo estaremos», aventuró.

El técnico respondió a la pregunta de cómo afectaría al equipo verse en descenso, algo que se corroboró más tarde con la victoria del Mallorca. «Prefiero no vernos, pero no debería afectar. Hoy era una situación dura, pero el equipo ha respondido bien».

La última pregunta del habitual repertorio es su continuidad. «No es mi trabajo, no puedo controlarlo, solo puedo controlar lo deportivo. Lo mío es trabajar y callar, y respetar».

Anquela, técnico del Huesca, lamentó la situación que vive el Córdoba. «Es un grande de esta categoría, lo único que está pasando momentos malos porque no es fácil jugar al fútbol con lo que hay alrededor del equipo. El fútbol no está siendo todo lo justo que debería ser con ellos; me da mucha tristeza ver el estadio así», lamentó.

Era difícil explicar en el vestuario del Córdoba la situación que están viviendo. «Parece un mal sueño, pero este es el momento de nosotros», afirmó Piovaccari. «Viendo la clasificación el corazón te va dando sustos. La suerte alguna vez tiene que darnos la mano, pero ahora mismo está todo en contra. Entiendo que nos piten».

Javi Lara es nuevo en el Córdoba, pero no es estas situaciones. «No se puede hacer más para ganar un partido. Pese al gol en contra el equipo no ha decaído», aseguró. «Ha sido un error que nos ha perjudicado», lamentó el montoreño sobre la actuación del árbitro. «No somos el Bayern de Munich, pero no somos peores a los demás», avisó.