Desde hace al menos tres semanas, el Córdoba ha mantenido contactos con diferentes entrenadores para que, en caso de que la decisión de destituir a Ferrer tomase cuerpo, conocer las pretensiones de cada uno de los elegidos con posibilidades reales de coger el banquillo cordobesista. Así, uno de los primeros fue Abel Resino, exentrenador del Celta, Granada y Atlético de Madrid, entre otros. Ha sido siempre un nombre de referencia para la cúpula cordobesista, que ya en los tiempos en los que se destituyó a Rafa Berges sonó como candidato. Sin embargo, los emolumentos que reclamaba el de Velada (entonces se fue a unos 600.000 euros) eran inasumibles para el Córdoba. Algún contacto ha habido con él, aunque no es el único.

Pepe Mel ha sido otro de los técnicos con los que no solo se ha hablado telefónicamente, sino que el propio presidente se ha llegado a reunir en un par de ocasiones con él. A pesar de que se le vinculó con el Chivas mexicano, el extécnico del Betis y del Rayo desmintió haberse comprometido con ningún club hace pocos días. Un hombre que sería muy bien acogido, aunque posiblemente el desembolso económico que supondría su incorporación esté lejos del alcance del Córdoba. Asimismo, Mel estuvo en El Arcángel el día en el que los cordobesistas cayeron derrotados claramente ante el Sevilla. Pocos días después se produjo la primera cita entre él y Carlos González.

El otro nombre que suena fuerte para el banquillo cordobesista es el de Fernando Vázquez, que fue reconocido recientemente por la LFP como el mejor técnico de Segunda la pasada temporada, en la que logró el ascenso con el Deportivo de La Coruña. Pocos días antes de iniciarse la Liga fue destituido por realizar unas manifestaciones algo críticas con la política de fichajes de la entidad blanquiazul, especialmente con el caso José Carlos, hoy precisamente jugador blanquiverde. El recién estrenado presidente, Tino Fernández, le destituyó y hubo rumores en La Coruña que asociaban una marcha de Víctor Fernández con el regreso de Vázquez al banquillo. Sin embargo, el técnico gallego maneja varias ofertas y en su entorno se asegura que una podría ser del Córdoba, con el que ha hablado en más de una ocasión.

Aparte de esos tres nombres en los que se ha fijado el Córdoba según fuentes de la propia entidad blanquiverde, ésta ha recibido en los últimos días innumerables ofrecimientos y sugerencias. En el segundo apartado se encuentra Manolo Jiménez, actualmente entrenando al Al-Rayyan catarí y nombre que ha surgido por el consejo de Cándido Cardoso, que mantiene una estrecha relación con el de El Arahal. En todo caso, Jiménez no tendría problemas en rescindir con el club catarí y fichar por el Córdoba, aunque en la entidad blanquiverde no es un nombre que, hoy por hoy, suene con la fuerza de los tres anteriormente mencionados.

Dentro de esos ofrecimientos también están los llamados de bajo coste, técnicos con poco o ningún bagaje en Primera o que últimamente no han tenido experiencia profesional, como Juande Ramos o Claudio Barragán, entre otros. Lo más atractivo de ellos es el escaso desembolso económico que supondría para el Córdoba, que deberá acometer (hay que recordarlo) la rescisión de Ferrer, que supone un millón y medio de euros, y la remodelación de la plantilla, sin pasar el límite presupuestario impuesto por la LFP, que permite fichar por el 25% del importe de las fichas a las que dé de baja. Por lo tanto, el Córdoba no solo deberá atinar con el nuevo técnico, sino que también está obligado a hilar fino en la recomposición del plantel.