El centro neurálgico de Montoro se ha convertido en un nuevo lugar de esparcimiento para los vecinos de esta localidad, así como para un gra número de turistas que durante las pasadas fiestas de Semana Santa han pasado por él y han manifestado que «este pueblo es una joyita que hay que volver a visitar», dijeron algunos durante las procesiones. Sin duda, el trabajo responsable, el buen diseño y el buen gusto hacen que el trabajo dé sus frutos y se convierta en un buen escaparate para propios y extraños. Así, la Semana Santa ha sido, sin duda, un buen ejemplo para convertir este espacio en el nuevo salón de estar de los montoreños, que lo han acogido como suyo, siendo uno de los lugares con más historia, ya que por aquí han pasado sinfín de momentos y acontecimientos.