Un vecino de la localidad de El Carpio salvó la vida gracias a la audaz intervención de una patrulla de la Guardia Civil. El hombre, de 34 años y vecino de esta localidad, vivía en una vivienda abandonada en esa localidad cordobesa que el domingo 23 de julio fue pasto de las llamas. El fuego se inició de madrugada. Al parecer, tuvo su origen en una colilla que contactó con un colchón, por lo que el herido no pudo percatarse de lo ocurrido.

Cuando la patrulla de Villafranca de Córdoba recibió el aviso, era la 1.35 de la madrugada. Cuando llegaron al lugar de los hechos, los agentes se encontraron la vivienda en llamas y había varios vecinos en las inmediaciones. Enseguida se dirigieron a la puerta, que estaba abierta y escucharon a una persona que solicitaba auxilio desde el interior con fuerte síntomas de ahogo.

UN AGENTE SE ADENTRÓ EN LA CASA EN LLAMAS // Uno de los agentes intentó sofocar las llamas con el extintor del vehículo oficial con el que a diario suelen hacer las rondas de vigilancia tanto en esta localidad como en Villafranca, mientras el otro guardia civil se adentró en la vivienda en llamas, que amenazaba con derrumbarse por el efecto del fuego, localizando en el interior a un varón, descalzo y desorientado, al que rescató y sacó al exterior, para lo que tuvieron que colocar tablones en el suelo para evitar aumentar las heridas que ya padecía.

Una vez en el exterior, y tras asegurar a la víctima alejándola de la vivienda, el techo del inmueble comenzó a desplomarse. El incendio quedó extinguido por una dotación de bomberos de Montoro (Córdoba), que se desplazó al lugar de los hechos.

La víctima fue trasladada al centro de salud de El Carpio por quemaduras en los pies e insuficiencia respiratoria por la inhalación de humo.

Gracia a esta intervención ágil y el arrojo de este agente de la Guardia Civil, que no ha querido dar a conocer su identidad, este vecino de El Carpio mejora notablemente su salud y ha podido salir de esta pesadilla. La historia no ha trascendido a muchos lugares ni medios de comunicación, pero sí hay que hacer un alarde al trabajo que los agentes de la guardia civil hacen, en muchas ocasiones arriesgando su vida por los demás.