Las carmelitas descalzas de Bujalance dejan el convento de San José y Santa Teresa de esta localidad, después de 310 años de vida contemplativa en este pueblo, para trasladarse a Málaga. Uns institución muy querida tanto en la localidad como en el resto de la comarca.

El motivo principal es la falta de vocaciones, ya que, de tener diecisiete madres en los años noventa, se ha reducido en la actualidad a solamente cuatro, tras el reciente fallecimiento de una de las hermanas. Son la madre priora, una novicia, una madre muy mayor que se encuentra en cama y otra que necesita tratamiento oncológico.

La madre priora señala que «no podemos seguir así, ya que solamente me dedico a hacer de cuidadora, sin tener vida de comunidad y oración. Por ello hemos decidido trasladarnos a Málaga, con cuyo convento vamos a realizar una fusión».

Con la marcha de las madres carmelitas, se cerrará el convento y la iglesia y se trasladará la imagen de la Virgen del Carmen que se venera en este templo y que tiene una cofradía, así como los enseres al convento malagueño.

Este triste acontecimiento ha conmocionado a todo el pueblo Bujalance, que en su último encuentro con la comunidad de Santa Teresa, despidió a las madres en una eucaristía de acción de gracias por los más de tres siglos de la fundación del convento de Bujalance, que estuvo concelebrada por el vicario para la vida consagrada, Alberto José González, junto al párroco, padres carmelitas y sacerdotes de la comarca.

En la misma se agradeció la entrega a la oración y al pueblo de Bujalance de tantos años de vida religiosa en estos muros y la ayuda mutuas. Se dio gracias porque muchas madres han sido bujalanceñas, incluso la priora actual es bujalanceña. También por la devoción a la Virgen del Carmen que las madres han propagado y mantenido en el pueblo, donde la copatrona es Santa Teresa.

Los bujalanceños, se están reponiendo poco a poco de la noticia y van aceptando la marcha de la madres, aunque no comprenden el porqué se tienen que marchar la imagen de la Virgen del Carmen de Bujalance, que se venera en el templo carmelitano, apelando a su generosidad para que se quede en el pueblo.

Así, ante esta situación, los vecinos han llorado la despedida de estas monjas en unos momentos tan señalados, sobre todo coincidiendo con la festividad de su titular, que tuvo lugar el pasado lunes, 16 de julio.

Las instituciones locales también han sentido la marcha de este grupo de carmelitanas, cuya misión ha sido fomentar la fe cristiana en los vecinos de esta localidad, cultivando las enseñanzas del Carmelo.

Una despedida que ya forma parte de la historia de un pueblo en el que han convivido durante más de tres siglos de su historia reciente.