Juan Jiménez Costilla fue reelegido secretario provincial de CCOO el 4 de octubre de 1987, tras un periodo de dos años en el que estuvo en el cargo tras dimitir Manuel Rubia. Jiménez Costilla aquellos años.

-Su llegada a CCOO estuvo marcada por la gran división existente en el sindicato. ¿Logró apaciguar las aguas?

-Comisiones es una organización muy plural desde el punto de vista social y político y, por lo tanto, muy expuesta a posibles divisiones. Creo, sin embargo, que el trabajo que desarrollamos yo y mis ejecutivas propiciaron una situación abierta, democrática y, al mismo tiempo, con una importante unidad.

-¿Qué fue lo más difícil en aquellos años?

-La relación con UGT, aunque, afortunadamente, desde 1987 y, sobre todo a partir de la huelga general del 14D de 1988, recuperamos la unidad de acción.

-¿Se arrepiente de algo?

-Sí. Haber compatibilizado el puesto de secretario general con el acta de concejal.

-¿Cuál es su mejor recuerdo?

-El afecto del que fui rodeado por la mayoría de los afiliados. Me siento especialmente orgulloso de la puesta en marcha de la escuela de formación y la biblioteca del sindicato.

-¿Le afectó en lo personal su etapa como secretario provincial?

-Por supuesto. Una dedicación tan intensa provoca inevitablemente desatención a la vida familiar, con el consiguiente perjuicio para mi mujer y mis hijos.

-Las organizaciones sindicales han perdido protagonismo, los derechos de los trabajadores se han deteriorado. ¿Tiene esto alguna solución?

-Siempre hay que buscar soluciones a los problemas. En CCOO estamos inmersos en una fase de repensar y actualizar el sindicato. Espero que tengamos éxito.

-¿Sigue militando en CCOO?

-Indudablemente. Ingresé siendo muy joven y moriré siendo militante del sindicato.

-¿Cuál fue el mejor recuerdo de su etapa como concejal con Herminio Trigo?

-No tengo un buen recuerdo político de mi paso por el Ayuntamiento. Fue, sin embargo, para mí un gran honor representar a los ciudadanos de Córdoba.